¿Aplicaciones o complicaciones?

Muchas empresas no realizan las pruebas necesarias.

Publicado el 10 Dic 2012

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Sogeti, Capgemini y HP publicaban hace apenas un mes los resultados del cuarto informe World Quality Report (WQR). Éste desvela que el 69% de las empresas no puede garantizar la calidad de sus aplicaciones móviles. El estudio contó con la participación de 1.550 directores TI y responsables de calidad de grandes compañías y administraciones públicas de 25 países de Europa, Asia, América y Oceanía. Participaron 20 empresas españolas de distintos tamaños y sectores.

Los resultados analizan las aplicaciones que operan en smartphones y tabletas. De acuerdo al informe, únicamente el 31% de las compañías realiza pruebas de software capaces de asegurar la calidad de sus aplicaciones para dispositivos móviles. De ese 31%, el 64% se centra en pruebas de rendimiento, el 48% en funcionalidad y el 18% pone a prueba la seguridad de esas apps. Además, el 65% de las organizaciones revela que no dispone de las herramientas adecuadas para acometer este tipo de tests. El desconocimiento, la falta de recursos o de métodos, llevan a que un 51% de las empresas hagan las pruebas necesarias dentro de la organización, mientras que el 13% las traslada a un proveedor externo. A pesar de ello, llama la atención que más del 59% de las compañías considera que el conocimiento de sus equipos de calidad sobre las últimas tendencias tecnológicas no es el más adecuado.

El estudio refleja también la necesidad de las compañías de invertir en sus equipos de testing, así como de asegurarse de que los profesionales cuentan con las herramientas y los conocimientos necesarios. Fruto de ello, el 42% de los encuestados señalaron que habían aumentado sus presupuestos para asegurar la calidad de las aplicaciones durante 2011, frente a un 11% que lo redujo. Un 53% asegura que quiere invertir más dinero en ello de aquí a 2015. REDES & TELECOM ha consultado a distintos responsables de Sogeti, Micro Focus y Mobivery para que den su visión sobre la situación actual de las aplicaciones y de las pruebas realizadas en las mismas.

José Luis Antón, director de la Unidad de Testing en Sogeti, declara que aquellas compañías que no prueben de forma adecuado las aplicaciones móviles antes de lanzarlas al mercado, “está descuidando las necesidades y expectativas de sus clientes. Si éstos detectan fallos en la app de una compañía, sin duda, se inclinarán por otra similar que ofrezca la competencia”. En la misma línea se expresan Rebecca Wetherill, product manager de Silk Mobile; y Belén Bernardos, consultora preventa senior de las Soluciones de Calidad de Micro Focus: “Las implantación de aplicaciones que no han sido probadas ponen en gran riesgo el negocio de las compañías. Los usuarios son muy exigentes y la competencia muy alta, por lo que los usuarios no dudarán en utilizar las aplicaciones de otra compañía”. Alex Ríos, responsable de Mobivery, añade que “la experiencia de usuario debe cuidarse al detalle, desde el diseño de la interfaz, hasta los contenidos a los que se puede acceder desde el dispositivo móvil. Cualquier carencia supondrá una crisis de reputación para la marca”.

Pruebas y errores

¿Hasta qué punto son exhaustivas las pruebas en las tiendas virtuales de aplicaciones? Alex Ríos reconoce que “depende la tienda”. El integrante de Mobivery define como “bastante exhaustivo” el control de calidad que Apple lleva a cabo en su tienda de aplicaciones (App Store). Ríos explica que desde que se sube la aplicación a la App Store, “hay un lapso de dos semanas aproximadamente, en la que se revisa la aplicación. Si no cumple sus directrices, será rechazada”. En cambio, tal y como señala Ríos, en la tienda de Google “la publicación es automática, sin ningún control”. Ríos matiza y añade que en ambas tiendas “cualquier usuario tiene la posibilidad de denunciar aplicaciones por considerarlas inapropiadas, que no funcionen, o porque infrinjan derechos de autor. Si Apple o Google aceptan la reclamación, la aplicación es retirada de la tienda inmediatamente”.

José Luis Antón, en representación de Sogeti, dice que esas pruebas se centran “fundamentalmente en aspectos que pueden influir en su reputación como marca, pero no se detienen en probar aquellos que tienen que ver con el aplicativo móvil en sí”. Antón sostiene que estas tiendas virtuales “exigen unos estándares mínimos a quienes suben sus aplicaciones, una vez superados éstos, la responsabilidad de la calidad de la app recae en la propia compañía que hay detrás de cada aplicación móvil”. Por su parte, Wetherill y Bernardos se muestran más flexibles y opinan que es “muy difícil ser exacto” a la hora de medir la exhaustividad de las pruebas realizadas en las tiendas virtuales. Ambas recuerdan que hay “más de 100.000 combinaciones de dispositivos, que incluso la mejor herramienta requiere una estrategia y que el objetivo es maximizar la cobertura sin una inversión significativa”. En cuanto a los errores más comunes que encuentran este tipo de organizaciones a la hora de analizar aplicaciones, Rebecca Wetherill y Belén Bernardos destacan los “problemas de rendimiento” que se producen a la hora de averiguar si las aplicaciones tienen el rendimiento y la escalabilidad adecuadas a las necesidades de las aplicaciones.

José Luis Antón declara que para evitar errores es “prioritario contar con un servicio que pruebe todos los dispositivos del mercado, así podemos ver la compatibilidad entre las plataformas y los distintos equipos”. Para Alex Ríos el secreto está en “hacer las aplicaciones atendiendo a las necesidades de tu público objetivo. Hay que dejarse aconsejar por los expertos en usabilidad. Además, tienes que conocer qué están demandando tus usuarios potenciales, analizar qué ofrecen tus competidores y tratar de diferenciarte de ellos para que elijan tu aplicación”. Pero con esto no basta. Ríos recuerda que una vez lanzada la aplicación, “lo importante es medir el impacto de tu aplicación, escuchar a los usuarios y responder con rapidez a sus comentarios, críticas o sugerencias”.

El impacto de la nube

El estudio de Sogeti, Capgemini y HP también analizó el tremendo impacto del cloud computing en el mercado del testing y la calidad de las apps. Actualmente, el 22% de las aplicaciones de las firmas encuestadas se encuentran en la nube. Se espera que para 2015 el porcentaje se dispare hasta el 32%. Asimismo, el 28% de las empresas dicen que realizan pruebas usando herramientas residentes en entornos cloud. Se prevé que esta tendencia se incremente hasta el 39% en 2015.

A pesar de que la nube ha llegado para quedarse, todavía hay un 4% de empresas que no tienen previsto recurrir a ella en los próximos tres años para probar la calidad de las aplicaciones. Esto puede suponer un problema para algunos, ya que las pruebas de software en la nube permiten garantizar, disponer y administrar correctamente los recursos necesarios para llevar a cabo estas actividades. Tanto es así, que el 47% de las empresas planean aprovechar lo que ofrece la nube en él próximo año.

En Sogeti, José Luis Antón, ve la irrupción de esta tecnología como un fenómeno que “genera un impacto claramente positivo”. Wetherill y Bernardos dicen que la nube proporciona a las empresas “la elasticidad necesaria para realizar pruebas de infraestructura sin tener que hacer inversiones directas”. Aún así, recuerdan que en entornos cloud “hay que tener precaución para asegurar que la prueba realizada dentro del ámbito móvil se puede hacer en dispositivos reales, en lugar de llevarla a cabo en emuladores, donde el comportamiento puede variar”. Además, señalan que la nube pública puede causar problemas “en la privacidad de los datos y la seguridad, por lo que muchas empresas siguen planteándose la posibilidad de crear una infraestructura en la nube privada dentro de su propia red”. Por último, Alex Ríos apunta que las soluciones cloud “ofrecen numerosas ventajas, como puede ser la agilidad en el desarrollo, la capacidad de ofrecer soluciones de valor a los clientes y la obtención de un crecimiento controlado, ya que si la aplicación tiene mucho éxito tenemos la tranquilidad de que la arquitectura elástica del cloud asumirá ese incremento de demanda sin que nuestros usuarios lo perciban”.

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Redacción

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