El SMS destaca como el servicio de mensajería más seguro

Casi 25 años después de su aparición y, a pesar de los avances tecnológicos de las dos últimas décadas, los SMS siguen siendo una opción muy válida para el envío de mensajes instantáneos, principalmente debido a que transitan por las redes de los operadores de telefonía móvil y no por la de terceros.

Publicado el 09 Jul 2015

El SMS destaca como el servicio de mensajería más seguroEl servicio de mensajería corto (SMS) continúa teniendo tirón a pesar de las alternativas El SMS es una herramienta difícilmente sustituible para los proyectos colaborativos que impliquen micro-pagos económicos

Por Julio Navío Marco, vicedecano Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones.

El 3 de diciembre de 1992, el ciudadano británico Neil Papworth envió un SMS que decía Feliz Navidad”. De esta manera tan festiva nacía el primer SMS, el primer mensaje corto de la historia.

Cabe preguntarse si Papworth conocía la célebre máxima de Marshall McLuhan, muy popular entre los estudiosos de los nuevos medios en los años 60: “El medio es el mensaje”. No son tantas las ocasiones en las que una historia real, un acontecimiento de la vida práctica, demuestra de manera tan clara una afirmación teórica.

Efectivamente, más que anunciar la Navidad, la buena nueva era el alumbramiento de un novedoso medio, el Short Message Service. Dos décadas más tarde, es posible afirmar que los SMS han cambiado para siempre los hábitos y nuestra forma de comunicarnos e interactuar. A veces, las mayores transformaciones (¡e incluso revoluciones!) tienen su origen en algo tan sencillo –y a la vez poderoso– como un mensaje de hasta 140 o 160 caracteres de 7 bits. Un claro precedente de las redes sociales como Twitter y Facebook, que deben mucho al SMS.

Hay pocos aspectos de nuestra vida cotidiana que no testimonien esa evolución expansiva del SMS. De los SMS entre particulares para contar algo, para concertar una cita o felicitar un cumpleaños, se pasó al SMS más profesional, que incluía alertas de medios de comunicación, confirmación de un pago bancario, citaciones del médico o la reserva en un restaurante. No se debe obviar aquí su incidencia en la televisión: los 140/160 caracteres, a través de los SMS Premium, permitieron a las cadenas dar la voz a la audiencia, publicando las opiniones de los espectadores o planteando votaciones o participación en concursos. Recordamos las emocionantes votaciones de Operación Triunfo como un hito en el uso del SMS con fines de interactividad con el espectador.

El SMS ligado al uso del móvil
Hay que resaltar que los SMS se popularizaron al ritmo al que se extendía el uso del móvil. Y que la telefonía móvil es el eje de una revolución tecnológica que, desde hace ya más de dos décadas, está transformando la sociedad de manera irreversible: haciéndola más pequeña y a la vez más compleja. Difuminando las fronteras entre el ámbito público y el privado. Ampliando la libertad individual y, a la vez, planteando nuevos desafíos en el plano ético y legal.

Basta acercarse a cualquier investigación o artículo sobre los efectos sociales de la revolución digital para percatarse de que el móvil –desbancando al PC, pues asume y amplía todas sus utilidades– es el rey indiscutible de nuestro tiempo, la rueda de la nueva era y la nueva economía. Solo un dato, referido a España, es expresivo de su incidencia en nuestra vida diaria: casi veinte millones de propietarios de smartphones miramos el móvil más de cincuenta veces al día y muchos reconocen mirar el móvil antes de apagar la luz por la noche.

La telefonía móvil ha triunfado, básicamente, gracias a dos de sus características más relevantes: por permitir la movilidad ergonómica de las conexiones y por su capacidad para la transmisión creciente de datos. Un teléfono móvil ordinario de hoy puede contener tanta información como la que hace tan solo unas décadas se almacenaba en cientos de miles de bibliotecas. El conocimiento del mundo, como en el famoso relato “El Aleph”, de Borges, cabe en la palma de una mano. Y viaja con nosotros.

Es legítimo preguntarse cómo una tecnología como el SMS, en apariencia sencilla, que nace con el propio móvil hace más de 20 años, se ha mantenido y llegado hasta nosotros, en un entorno de aceleración tecnológica en el que un número creciente de invenciones aparecen y desaparecen cada vez más deprisa. Solo siguiendo un principio de darwinismo tecnológico podemos comprender este fenómeno: sobreviven las tecnologías que son funcionales, las que se adaptan al nuevo entorno.

Cinco rasgos clave
Los SMS basados en las redes 2G acreditan un buen número de rasgos que los hacen funcionales y difíciles de reemplazar en el pequeño y a la vez gran mundo de la telefonía móvil. Todos ellos se pueden resumir en cinco: la universalidad del servicio, la fiabilidad de la conexión, la rapidez, la priorización de la lectura y la seguridad de los datos.

-Universalidad. La primera razón es que el servicio de mensajes de texto es el único que funciona en todos los teléfonos (sean Smartphone o no), independientemente de la conectividad de datos. Debido a ello, uno de cada tres usuarios de MIM también envía SMS según un estudio de Deloitte sobre usos del móvil, publicado en 2014.

-Fiabilidad. El empleo de la conexión 2G, en lugar de otro tipo de redes, es más fiable, pues el servicio no se ve afectado por caídas de la red de Internet o fallos en un ADSL. Las situaciones en las que el SMS es la única opción, como en áreas donde no hay ninguna conexión, a Internet o los usuarios no tienen acceso a la misma aplicación, seguirán siendo comunes.

-Rapidez. Gracias a esa fiabilidad en las conexiones, el SMS se caracteriza también por alcanzar su destino de manera instantánea, proporcionándonos una sensación de inmediatez que ha cambiado para siempre nuestra percepción las comunicaciones en tiempo y espacio.

-Prioridad. Esta garantía de envío y recepción –añadiendo la característica de que el SMS no permite el bloqueo de usuarios- explica que las comunicaciones oficiales por telefonía móvil utilicen de manera casi exclusiva el SMS. Y a su vez, que la ecología de la atención, expuesta a tantos estímulos comunicativos, discrimine positivamente el SMS frente a otras opciones, priorizando su lectura sobre otros mensajes. Así, según un estudio de GigaOn, un mensaje de texto tradicional se lee en un plazo de tres minutos desde que se recibe, y es abierto en el 98% de los casos, frente a un 22% en el caso de los correos electrónicos.

-Seguridad. Y más allá de la fiabilidad de la conexión y la importancia que el receptor le concede, el SMS presenta otro valor añadido insoslayable en el actual estado de sobreabundancia de datos personales: la seguridad de la información. El SMS transita por las redes de los operadores de telefonía móvil, fuertemente reguladas, mientras que los servicios de mensajería instantánea (MIM) incluyen otro intermediario, la App o empresa que presta el servicio, sobre las que el control (en cuanto al uso que puedan realizar de los datos) es necesariamente inferior, o a veces inexistente.

La aparente gratuidad de los mensajes instantáneos, por tanto, debe ser puesta en cuestión: pagamos con nuestro tráfico, expuestos al uso de nuestros datos con fines comerciales (ya sea publicitarios, o de otro tipo).

Dentro de los SMS encontramos una modalidad que –básicamente– amplía el número de prestaciones: los SMS Premium. En base a las características anteriormente señaladas (la universalidad, la fiabilidad, la rapidez, la prioridad y la seguridad), el SMS Premium permite servicios avanzados como la realización de micropagos, de manera rápida y accesible, con total transparencia y seguridad, sin empleo de la tarjeta de crédito ni de la cuenta bancaria y sin tener que dar más datos personales. El SMS Premium presta, además, un servicio insustituible en el universo del crowdfunding, especialmente en el ámbito de los donativos a ONG y otras entidades, que utilizan esta modalidad de SMS para recaudar fondos que financian acciones solidarias. Y permite ampliar las posibilidades de entretenimiento y participación a medios de comunicación, ya que es el medio telemático más rápido, seguro y eficaz para abrir los sorteos, concursos o votaciones a la audiencia general.

Las nuevas tecnologías de la comunicación facilitan la innovación social. Y el SMS, con su amplio catálogo de prestaciones y garantías, con su carácter universal, rápido y accesible, es una herramienta difícilmente sustituible para los proyectos colaborativos que impliquen micro-pagos económicos. La economía del futuro –y en buena medida la del presente– genera oportunidades precisamente aprovechando y aprendiendo a monetizar estos procesos innovadores sustentados en la participación, la interactividad y la inmediatez. En un marco tecnológico tan volátil (o tan “líquido”, como diría Zymunt Bauman) el SMS permite que esos procesos se realicen con seguridad y confianza, elementos imprescindibles en cualquier negocio.

El SMS, como cualquier tecnología de la comunicación, no es inmune a la mala praxis por parte de algunos particulares, pero frente a esas informaciones, conviene resaltar que, hoy por hoy, es el medio de comunicación móvil textual más seguro para el usuario, el que ofrece más garantía de protección de datos.

En casi 25 años de vida comercial de la tecnología SMS, muchas cosas han cambiado de la mano de la informática: casi no nos acordamos de los ordenadores de mesa con discos de 5/4 pulgadas o de las primeras y lentísimas conexiones a Internet. Que el simple, versátil y seguro SMS siga entre nosotros transcurrido el cuarto de siglo y en un entorno con mayor aceleración tecnológica de la historia, es un dato que habla por sí solo.

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Redacción

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