Digitalización, el gran reto de consumidores, empleados y negocios

Publicado el 15 Mar 2017

Ana Lledó, BT

Internet de las cosas, compras online, telepresencia, redes sociales o smart cities. Avanzamos hacia un mundo digital que transformará nuestro modo de vivir, de disfrutar de nuestro ocio y de trabajar. Casi el 90% de los CEOs europeos reconoce que la transformación digital es clave en su estrategia corporativa porque afecta directamente al negocio, según IDC. Es, precisamente, en el ámbito empresarial donde la irrupción de las nuevas tecnologías emergentes como el cloud, el Big Data, la impresión 3D, la colaboración y la telepresencia, la realidad aumentada y otras, anticipa una nueva etapa disruptiva: la 4º Revolución Industrial, que sentará las bases de un nuevo panorama económico.

En esta era, en la que la digitalización lo hace todo posible, el consumidor se halla en el centro, y la verdadera importancia de lo digital para el negocio no está tanto en la irrupción de las nuevas tecnologías como en la capacitación de las personas, ya sean empleados, clientes o consumidores, para manejarlas, y poder realizar cosas increíbles. Y es que la digitalización, que puede ser de procesos, traducirse en automatización o en colaboración entre empleados, tiene potencial suficiente para modificar no solo a las empresas e instituciones sino también a los colectivos sociales o a sectores enteros en cualquier punto del planeta.

Y ante estos paradigmas resulta clave que las organizaciones puedan dedicar su atención a lo digital. Nuestro estudio “The Digital CIO” muestra que, por término medio, estos dedican aún más del 60% de su tiempo a mantener su base instalada y así es complicado dedicar tiempo a innovar y explorar nuevas ideas para el negocio sobre el uso creativo de la tecnología.

Toda revolución exige la convergencia de diferentes variables que permitan cerrar el círculo. En el caso de la digitalización, también. El negocio digital debe crear nuevas formas de operar, aprovechando las posibilidades y la flexibilidad que ofrecen las actuales infraestructuras TI. El empleado digital, por su parte, contribuirá a elevar la productividad de la compañía mediante el uso de las más vanguardistas tecnologías de colaboración –audio y video conferencia, telepresencia, movilidad-. Y, finalmente, los consumidores digitales podrán optimizar su interacción con las marcas, mejorando su experiencia a través de estructuras omnicanal que permiten a las empresas conocer mejor a sus clientes, y así fidelizarles.

Sobre estos tres pilares, empresas como Hotelbeds, Michelin o Randstad Group han acometido sus procesos de transformación digital. Hotelbeds ha modernizado su infraestructura TI y sus data centers críticos para su negocio online, y hoy conecta 35.000 intermediarios de viajes en más de 120 mercados con proveedores de más de 180 países. También Michelin ha optado por la transformación de sus servicios de infraestructura TI, optimizando sus servicios de telefonía IP e integrando sus redes LAN y WAN, con garantías de seguridad extremo a extremo. Randstad Group se planteó elevar el control sobre su red para ganar en eficiencia y sacar el máximo provecho al cloud. Con esta idea, ha desarrollado una infraestructura que proporciona conectividad en la nube a más de 3.500 localizaciones en 37 países, además de servicios de voz en cloud a sus más de 33.000 empleados.

La revolución ha comenzado ya y es imparable. El desafío es enorme. En menos de una década, el grueso de las empresas, también las españolas, deberán haberse tornado digitales, rediseñando sus modelos operativos y de negocio, sus procesos y sus servicios, y ofreciendo a sus empleados las herramientas imprescindibles para competir en un mercado cada vez más globalizado, en el que el poder del consumidor no cesa de crecer. Y somos nosotros las personas los que lideramos esta ruta…

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Ana Lledó

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