La aplicación de este sistema afectaría directa o indirectamente a todos los agentes que operan en el sector. Por ello, ante la ausencia de experiencia y referencias de otros mercados, la CMT ha planteado una consulta pública para evaluar su posible impacto y para determinar qué condiciones deberían aplicarse para evitar distorsiones en la competencia efectiva en el mercado.
Tanto en España como en el resto de Europa está vigente un modelo de interconexión que aplica un esquema de tarificación por minutos, a imagen del sistema de tarificación de los servicios finales ofrecidos al usuario final. Para la determinación del precio por minuto de interconexión se agregan todos los costes que se consideran asignables a la actividad (que incluirían costes sensibles y no sensibles al tráfico) y se dividen entre el número de minutos efectivamente cursados.
La sencillez es la mayor ventaja de este sistema, y la principal razón de su elección para la apertura del mercado a nuevos operadores entrantes. Sin embargo, este modelo implica importantes desventajas. Los nuevos operadores tienen dificultades para establecer precios competitivos, pues los costes finales de los servicios están estrechamente vinculados a los costes de interconexión.
Con el nuevo sistema los operadores contratan capacidad independientemente del tráfico de voz efectivamente cursado, con lo que conseguirían desvincularse de la estructura tarifaria y horaria del operador dominante, adoptando estrategias en precios más competitivas.
Sin embargo, la implantación de la interconexión por capacidad conllevaría importantes implicaciones que conviene evaluar. Principalmente supondría la transferencia del riesgo al operador solicitante, exigiéndole un mayor grado de precisión en su planificación.
Actualmente cada operador establece sus puntos de interconexión en función de las previsiones de tráfico. El operador dominante dimensiona su red en función de estas previsiones y si éstas no se cumplen, tiene que asumir los costes de sobredimensionamiento.
Con el nuevo sistema, los operadores solicitantes tendrían que contratar la capacidad con antelación, por un periodo de tiempo mínimo, y con penalización por cancelación anticipada. Los excesos en la estimación se traducirían en un incremento de costes, mientras que los defectos implicarían una disminución de la calidad del servicio ofrecido a los usuarios finales.
La CMT propone dos sistemas para amortiguar los posibles efectos negativos de una deficiente previsión del tráfico de voz. En caso de sobrestimación, la reventa de la capacidad excedentaria parece la solución más adecuada, solución que supondría en la práctica un acuerdo de tránsito entre el operador dominante y el tercer operador. En el supuesto de que la capacidad necesaria sea mayor que la contratada, se podría promover un procedimiento para cursar el tráfico desbordado por enlaces alternativos cuya tarificación se realizaría en tiempo.
Parece evidente que, la introducción del modelo de interconexión por capacidad, a corto o medio plazo, parece inevitable. Probablemente, la nueva Oferta de Interconexión de Referencia de Telefónica incorporará en mayor o menor medida ambos sistemas. Así pues, es necesario decidir si se deben aplicar ambos modelos complementariamente (modelo mixto) o si el sistema previsto debe sustituir al actual, ya sea de manera brusca o con un periodo de transición, y si se aplicará a todos los operadores en las mismas condiciones. Hay que determinar la unidad elemental de capacidad, si aplicar el mismo tratamiento o no al tráfico de voz y al de acceso a Internet, los niveles y servicios de interconexión, el tipo de remuneración (en cascada o independiente), las condiciones de acceso al servicio, el sistemas de costes aplicable, etc.




