El municipio de Calafell (Tarragona) ha experimentado un crecimiento del 32% en su población desde 2017, año en el que se desplegó la fibra óptica en la localidad. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, el municipio se acerca hoy a los 32.000 empadronados. La expansión de esta tecnología ha favorecido el teletrabajo, el establecimiento de nuevos negocios y la consolidación de barrios que antes se asociaban al turismo estacional.
El alcalde, Ramon Ferré, subraya que disponer de servicios de conectividad ha sido clave para que zonas de veraneo, como Valldemar, pasaran de tener un 30% de residentes fijos a alcanzar el 90% en la actualidad.
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Demanda creciente en un municipio costero
La fibra óptica resulta esencial en un municipio de costa como Calafell, donde en los meses de verano la población puede superar las 150.000 personas entre vecinos y visitantes. La llegada de turistas multiplica la necesidad de servicios básicos y de una conexión estable. Esta infraestructura ha permitido que la administración local pueda mejorar la prestación de servicios y que los negocios respondan a una mayor demanda.
El despliegue inicial, realizado en gran parte en 2021, conectó a 10.700 familias en el núcleo de Segur, una de las zonas con más déficit de comunicaciones. Hoy, Calafell figura entre los municipios tarraconenses con mayor ritmo de crecimiento demográfico.
De municipio turístico a ciudad residencial
La llegada de Internet de alta velocidad ha transformado la vida cotidiana de Calafell. La combinación entre calidad de vida de un pueblo y servicios propios de una ciudad explica por qué muchas familias han optado por fijar allí su residencia habitual.
Más allá de este municipio, la extensión de la fibra ha alcanzado desde 2017 a 217.000 hogares de Tarragona, en su mayoría situados en áreas rurales con mayores dificultades de conectividad.




