Los perfiles vinculados a las tecnologías de la información y la comunicación consolidan su posición en el mercado laboral español. En un entorno marcado por la digitalización y la implantación rápida de herramientas basadas en inteligencia artificial, estos profesionales se preparan para un 2026 en el que la especialización y la adaptación definirán las contrataciones. Según los últimos datos, el empleo TIC ha crecido casi un 48% en la última década y mantiene un ritmo que duplica al del conjunto de la economía. Las empresas buscan personal capaz de asumir funciones técnicas y transversales, lo que sitúa a este colectivo en un punto clave para la transformación digital.
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Un sector masculinizado y con desigualdades visibles
Solo el 20% de los profesionales TIC son mujeres, aunque ellas presentan un nivel formativo superior. Dos de cada tres cuentan con estudios universitarios superiores, mientras que la proporción es menor entre los hombres. Esta diferencia convive con percepciones distintas sobre la igualdad: más de la mitad del sector no aprecia desigualdad, pero 6 de cada 10 mujeres consideran insuficientes las medidas de igualdad en sus empresas.
La mayoría demanda actuaciones centradas en conciliación, igualdad salarial y promoción profesional, con mayor insistencia entre las mujeres TIC. También persiste una brecha en la percepción del acoso laboral: mientras muchos hombres creen que las compañías tienen mecanismos para actuar, una parte de las mujeres dice no tener claro que existan. Aun así, crece el porcentaje de quienes sí identifican protocolos internos, lo que indica un avance respecto al año anterior.
Teletrabajo, estabilidad y salarios por encima de la media
El teletrabajo es un rasgo consolidado entre los profesionales TIC. Ocho de cada diez tienen acceso a modalidades remotas, totales o híbridas. El 90% cuenta con contrato indefinido y la mitad recibe más de 2.000 euros mensuales, una cifra que aumenta respecto al año pasado. Sin embargo, no todos se sienten satisfechos con su sueldo: un 38% afirma que su remuneración está por debajo de sus funciones.
Uno de cada tres ha solicitado un aumento salarial durante el año, reflejando la confianza en su posición dentro del mercado laboral. La mitad lo consigue, aunque en algunos casos en una cuantía inferior a la solicitada. El sector destaca también por el acceso a beneficios laborales, desde formación y seguros médicos privados hasta ayudas para dietas o clases de idiomas.
La conciliación es otro punto destacable. Cuatro de cada diez TIC afirman tener pocas dificultades para compaginar la vida laboral y familiar. Entre las medidas más valoradas se encuentran el teletrabajo, la flexibilidad horaria y la jornada intensiva. Quienes disfrutan de estas opciones registran menos impactos negativos, aunque una parte menciona estrés, ansiedad o renuncia a oportunidades laborales.
Salud mental, ambición moderada y nuevas prioridades
Aunque los indicadores laborales son favorables, el sector no es ajeno a los problemas de salud mental. Uno de cada cinco profesionales declara haber experimentado dificultades de este tipo por motivos laborales. La sobrecarga de trabajo y la falta de desconexión digital son los factores más señalados.
La ambición profesional es moderada. El 58% prefiere centrarse en realizar bien su trabajo y no prioriza el reconocimiento. Aun así, el salario es el principal motivo para aceptar un ascenso, seguido del aprendizaje. Más de la mitad rechazaría una promoción si afecta a su conciliación o supone un empeoramiento de las condiciones laborales.
La inteligencia artificial se integra en el día a día
El avance de la IA marca el cierre de 2025. Más de 8 de cada 10 profesionales TIC conocen herramientas aplicadas al entorno laboral y dos tercios las utilizan. Los chatbots encabezan las aplicaciones más frecuentes, junto a los sistemas de traducción automática y los asistentes de voz.
La formación en IA también crece. Un 24% ha recibido capacitación específica, casi el doble que en el conjunto de trabajadores. Las empresas asumen buena parte de esta formación, que en muchos casos es obligatoria y se imparte en horario laboral.
La percepción sobre el impacto de la IA cambia de forma notable. Solo un 6% expresa un temor alto a la sustitución, mientras que un 57% cree que la afectación en su puesto será baja. La mejora de la productividad es señalada como el principal beneficio.
El panorama que dibuja la encuesta muestra un sector sólido, con demandas específicas y retos en materia de igualdad, conciliación y salud mental. La aceleración tecnológica y la mayor integración de la IA marcarán el ritmo de los próximos meses, mientras los profesionales TIC continúan situándose en el centro de la transformación digital del país.
