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La formación digital lidera, pero falta apoyo al empleado



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La actualización de habilidades digitales se consolida como el principal eje de la formación empresarial, según un estudio de ANDATA, que revela una brecha entre la importancia que las empresas dicen dar a la capacitación y el apoyo real que perciben los trabajadores

Publicado el 23 dic 2025



La formación digital lidera, pero falta apoyo al empleado

La tecnología se ha situado en el centro de las estrategias de formación de las empresas españolas. Así lo refleja un análisis elaborado por ANDATA para la Fundación EDUCA EDTECH, que señala que el 71,34% de las empresas prioriza la actualización de habilidades, centrada sobre todo en el uso de herramientas digitales. El estudio, realizado en diciembre de 2025, confirma que la formación es considerada clave por la mayoría de las organizaciones, aunque también evidencia una distancia relevante entre el discurso empresarial y la experiencia de los empleados.

El informe subraya que el 97,45% de las empresas considera la formación crucial, una cifra que muestra un consenso amplio sobre su valor en un entorno laboral marcado por la digitalización y el cambio tecnológico constante. Sin embargo, este reconocimiento no siempre se traduce en un respaldo efectivo: el 44,44% de los empleados asegura no recibir apoyo de su empresa para formarse, un dato que pone de relieve las limitaciones prácticas de muchas políticas de capacitación.

La formación digital, eje del upskilling

El estudio apunta a que las empresas identifican la competencia digital como un factor necesario para mantener la actividad y adaptarse a las nuevas exigencias del mercado. La actualización de habilidades tecnológicas se ha convertido, así, en el principal destino de los programas de formación, en un contexto en el que la automatización y el uso de nuevas herramientas están modificando los procesos de trabajo.

Esta apuesta responde también a la necesidad de retener talento. Los datos muestran que casi el 90% de los empleados considera la formación muy o bastante importante a la hora de decidir si permanece en una empresa o busca otro empleo. La posibilidad de aprender y desarrollarse dentro de la organización se ha convertido en un elemento determinante en la relación entre empresa y trabajador, especialmente en perfiles cualificados.

Presupuesto estable, inversión limitada

El compromiso con la formación se refleja, en parte, en los presupuestos. El informe indica que la inversión en programas de upskilling y reskilling se mantiene de forma sostenida, con un gasto que suele situarse entre el 10% y el 25% del presupuesto total de formación. Este esfuerzo busca adaptar a las plantillas a los cambios tecnológicos y mejorar la productividad.

No obstante, el alcance económico de estas iniciativas presenta límites claros. En España, el 50,97% de las empresas destina entre 10.000 y 50.000 euros anuales a la formación de sus empleados, mientras que solo el 23,87% supera los 50.000 euros. Esta contención presupuestaria ayuda a explicar por qué una parte significativa de los trabajadores percibe que no cuenta con el respaldo necesario para actualizar sus competencias.

La diferencia entre la importancia declarada de la formación y su aplicación práctica plantea un reto para el tejido empresarial. La llegada de nuevas tecnologías exige una adaptación continua que, según el estudio, no siempre se cubre con los recursos disponibles.

Impacto en el mercado laboral

El análisis también pone el foco en el papel de la formación en los procesos de selección. Para los profesionales que buscan empleo, disponer de un programa formativo estructurado es una señal de que la empresa apuesta por el desarrollo a medio y largo plazo de su plantilla. En un mercado en el que el talento es un recurso limitado, la falta de inversión en capacitación puede traducirse en dificultades para atraer y retener perfiles cualificados.

El informe concluye que reforzar los programas de formación es una vía para aprovechar las tecnologías emergentes y mejorar la automatización de procesos. Reducir la brecha entre la importancia que las empresas otorgan a la capacitación y el apoyo que perciben los empleados aparece como uno de los principales desafíos para avanzar en la adaptación digital del tejido empresarial español.

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