Contrariamente a los rumores que circulaban en los medios de comunicación, el pasado 29 de mayo, Alcatel no anunció la adquisición de Lucent, sino que ambas empresas hicieron público un comunicado conjunto donde reconocían haber estado en negociaciones al tiempo que daban por terminadas las conversaciones.
Las disputas de poder entre ambas firmas, más concretamente debido a que Lucent no quería ceder a Alcatel el protagonismo en el nuevo grupo y no estaba de acuerdo con los términos de la adquisición (rechazaba la compra y prefería hablar de fusión); los malos resultados de Lucent en la Bolsa neoyorquina, cuyos títulos llegaron a caer hasta un 11,4 por ciento durante los últimos días de mayo; y el solapamiento de tecnologías, productos y personal que hubiera provocado la operación, han sido las principales causas que han llevado finalmente a la ruptura de las conversaciones.
Del total de 40.000 millones de dólares (45.577 millones de euros/7,5 billones de pesetas) que se barajó en un primer momento como la cifra ofrecida por Alcatel para hacerse con el fabricante americano de telecomunicaciones, se pasó en los últimos días a 23.500 millones de dólares (27.325 millones de euros/4,5 billones de pesetas), a abonar en una relación de canje de 0,2435 acciones de Alcatel por cada título de Lucent, lo que suponía no pagar ninguna prima por los mismos. Los motivos de tan fuerte bajada en el precio final se debieron, en parte, a la presión ejercida por el sector financiero que no dudó en manifestar su inquietud ante el riesgo que asumía Alcatel ya que Lucent se encuentra en una situación de tesorería muy complicada. Baste recordar que el pasado 29 de mayo, la cotización de Alcatel cayó un 3 por ciento en la Bolsa.
La posibilidad de la adquisición surgió durante las conversaciones que Alcatel inició con Lucent cuando ésta última decidió desprenderse de su filial de fibra óptica por 5.000 millones de dólares(5.800 millones de euros/965.040 millones de pesetas). Los directivos de ambas empresas habrían decidido, posteriormente, pasar a una operación de mayor envergadura, según informaba el rotativo New York Times.
