Aunque la eSIM nació en el sector de la automoción y en aplicaciones máquina a máquina, hoy se ha extendido a casi todos los ámbitos del IoT. Su capacidad de adaptarse durante todo el ciclo de vida de los dispositivos, desde la fábrica hasta su despliegue, la convierte en un elemento estratégico.
Uno de los avances más relevantes es la llegada del estándar eSIM SGP.32, que sustituye progresivamente al SGP.02, aún habitual en algunos entornos como la automoción. Mientras el estándar anterior se apoyaba en la comunicación por SMS, el nuevo utiliza protocolos basados en IP, lo que permite una gestión más flexible y eficiente. Esta evolución facilita también el cambio de perfiles, ayudando a fabricantes y operadores a cumplir normativas regionales y requisitos de roaming local.
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Más allá de la fábrica
Otro punto clave es el In-Factory Provisioning (IFPP), que permite cargar perfiles eSIM de manera automática y segura durante la producción. De esta forma, los dispositivos pueden salir de fábrica listos para recibir su suscripción final al activarse o incluso con ella ya instalada. Esta automatización reduce la necesidad de intervenciones manuales.
La gestión se completa con el Remote-SIM Provisioning (RSP), que posibilita actualizar perfiles a distancia mediante tecnología OTA. Así, es factible cambiar de operador en un dispositivo desplegado sobre el terreno sin necesidad de manipulación física.
Redes privadas y seguridad reforzada
El crecimiento de las redes privadas 5G encuentra en la eSIM un soporte clave, apuntan desde Giesecke+Devrient (G+D). Los dispositivos equipados con esta tecnología pueden moverse sin interrupciones entre redes privadas y públicas. Además, frente a opciones como Wi-Fi o Bluetooth, las redes móviles ofrecen estándares globales que simplifican la administración y refuerzan la seguridad.
Otro beneficio práctico es que la eSIM optimiza el diseño de los dispositivos al eliminar ranuras físicas y reduce los costes de inventario. Un mismo modelo puede adaptarse a distintos mercados, lo que limita la cantidad de variantes necesarias.
Flexibilidad para el futuro del IoT
La posibilidad de cambiar de operador varias veces durante la vida útil de un dispositivo amplía la autonomía de las empresas. Esta flexibilidad permite elegir en función de cobertura, calidad de servicio, precio o ubicación, adaptándose a entornos muy diversos.
Con estas características, la eSIM no solo simplifica la gestión del IoT, sino que también se convierte en un motor para la digitalización, la eficiencia y la reducción de costes. El avance de estándares como SGP.32 y soluciones como IFPP y RSP consolidan a esta tecnología como uno de los pilares de la conectividad en los próximos años.








