Es un hecho que la pandemia de Covid-19 ha traído consigo un cambio en los patrones de consumo de las redes por parte de los usuarios. Desde el teletrabajo y las reuniones virtuales a la visualización de contenido en streaming y el aumento de las videollamadas. Estos hábitos siguen vigentes y suponen un verdadero reto para las empresas que buscan una solución que encaje con su negocio. Y es que, no sólo se pide a estas infraestructuras que sean capaces de aguantar más servicios y funcionalidades, sino también que lo hagan con calidad, rapidez, sencillez y seguridad. Sin olvidar, claro está, la sostenibilidad.
Lo cierto es que las organizaciones están recurriendo a las redes para apoyar su transformación digital, pero el diseño, despliegue y mantenimiento de una red segura y ágil supone ciertas dificultades. Nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial y la automatización se perfilan como grandes aliadas para la tarea, aunque su implementación todavía sea minoritaria. Y es que, la palanca de muchos proyectos es la obsolescencia de los equipos.
Asimismo, se plantea un gran quebradero de cabeza para los CIO: la consolidación y convergencia de las redes IT y OT. Este proceso, que provoca tantos interrogantes en la actualidad, ya se sufrió hace 25 años con la telefonía IP y salió airosa. Sin embargo, en este contexto de alinear los mundos de las Tecnologías de la Información y las Tecnologías de la Operación hay que lidiar con el legacy, los costes ocultos de la cloud, la latencia y las redes privadas. Cada empresa tendrá unas necesidades específicas y optará por diferentes propuestas de conectividad que se acomoden a su negocio. Acompasarlas… ya es otro cantar.
Ante este panorama los modelos SD-WAN están cobrando protagonismo para responder a los requerimientos de mayor ancho de banda y optimizar la flexibilidad mediante el redireccionamiento del tráfico y la eliminación de cuellos de botella, aunque todavía haya que trabajar mucho más la pata de seguridad incorporando una estrategia SASE que permita mejorar esta problemática. Zero Trust y microsegmentación figuran ya en las quinielas.
Las redes, pues, tienen un papel fundamental, aunque todo el mundo se olvide de ellas hasta que ocurre un problema. La cuestión está en trabajar de manera distintas para montar las bases y conseguir que la red empiece a responder de manera inteligente y poder operarla como servicio de forma que esté preparada para el futuro.
Sin perder de vista al usuario que, pese a que es cada vez más exigente, suele ser poco consciente de sus actos por lo que se requiere una ardua labor de concienciación y formación.
Estos han sido algunos de los temas tratados en el encuentro organizado por Redes&Telecom con la colaboración de Samira & Sineb y el apoyo de Cisco y NTT. En el evento han participado representantes de Atresmedia, Heineken España, Merlin Propierties y Merck Group.
