Junto a dicha cantidad, el grupo de telecomunicaciones francés pagará otro 30 por ciento con la entrega de acciones propias a los accionistas, lo que supone cerca del cuatro por ciento del capital de la compañía. El otro 20 por ciento del capital quedará en manos de los actuales accionistas, aunque estos tendrán derecho a vender esas acciones a France Telecom si así lo desean en un plazo entre uno y tres años.
La venta aún no se ha formalizado, mientras Bruselas investiga la inyección de 9.000 millones que hizo el Estado francés, propietario del 34 por ciento del capital de la operadora, en la ampliación de capital que salvó de la quiebra al grupo.
El presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, Reinaldo Rodríguez, asegura respecto a la operación que «es buena para el mercado y los usuarios» y «despeja incertidumbres» en la operadora.
Frente al acuerdo con France Telecom, las negociaciones para la compra de la división de cable de Auna por parte de Ono atraviesan serias dificultades.




