En los últimos meses, han sido muchas las entidades que han elaborado diversos estudios para clarificar si realmente las antenas de telecomunicaciones móviles puedan tener consecuencias negativas para la salud humana, cuando una persona se ve expuesta a estas radiaciones de forma continua.
Los operadores de telefonía móvil han afirmado que últimamente han tenido algunos problemas para ampliar el despliegue de sus redes móviles, debido a que las comunidades de vecinos se niegan a compartir los tejados de sus casas con los equipos de telefonía móvil.
Desde la Universidad Politécnica de Cataluña, y más concretamente la Escola Tècnica Superior Dénginyeria de Telecomunicació, se ha elaborado un estudio, dirigido por Jordi Romeu Robert y Antonio Elías Fusté, doctores ingenieros de Telecomunicaciones, en el que se analizan y determinan qué son los campos electromagnéticos y cómo y cuándo podrían ser perjudiciales para la salud. Los estudios científicos afirman que una Tasa de Absorción Específica (TAE cantidad de energía que puede ser absorbida por el cuerpo humano) de 4 W/kg es inocua para la salud, y contando con esta consideración la entidad reguladora europea CENELEC ha dado como recomendación que la exposición permitida sea 50 veces menor de lo que científicamente se ha probado que no es perjudicial, quedando fijada la Tasa de Absorción Específica en 0,08 W/kg. La TAE puede ser expresada en W/kg (vatios por kilogramo) o mW/gm (milivatios por gramo).
Los responsables de elaborar este documento, llevaron a cabo numerosas pruebas de medición para determinar si las radiaciones emitidas por las estaciones base de los tres operadores móviles españoles, tanto en las ciudades (colocadas en lo alto de los edificios) como en el entorno rural (donde se sitúan sobre mástiles al ras del suelo) estaban dentro de los límites permitidos por las recomendaciones. Los encargados afirman que estos test se realizaron teniendo en cuenta las peores condiciones que se pudieran dar en una exposición, y dieron como resultado siempre tasas menores a las recomendadas. En el caso de las estaciones bases rurales nunca se superó el valor de 0,003 mW/cm2 . En las medidas tomadas en las azoteas no se obtuvieron tasas superiores a los 0,035 mw/cm2. En ambos casos, tras hacer un examen a 24 estaciones base los resultados obtenidos fueron siempre muy inferiores a los márgenes establecidos por las recomendaciones, teniendo en cuenta que el mayor valor observado fue 850 veces menor de lo considerado inocuo.
El estudio de la UPC revela que no existe ninguna evidencia científica que afirme que la exposición a los campos electromagnéticos por debajo de los niveles comentados anteriormente pueda causar efectos negativos.
Todos estos datos han sido ratificados o confirmados por estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud y por otro documento elaborado por la Universidades de Cartagena.
Adicionalmente, estos datos también han sido ratificados por evaluaciones realizadas por organismos internacionales como el Instituto de Epidemiología Internacional de Rockville (Maryland, EEUU), que ha llevado a cabo una profunda investigación en colaboración con la Sociedad Danesa contra el Cáncer, en la que se han contrastado los casos de 42.000 daneses que habitualmente son usuarios de terminales móviles.
En este caso, al igual que otras investigaciones de menor envergadura realizadas tanto en Estados Unidos como en Europa, no se ha detectado ningún riesgo que relacione la utilización de las comunicaciones móviles con el cáncer, al menos a corto plazo, ya que afirma que es aún demasiado pronto para poder establecer un juicio definitivo de lo que pudiera pasar en un periodo más largo.
A pesar de estos datos, no existe ningún organismo oficial que se comprometa a expedir certificados de seguridad para los teléfonos móviles, y por este motivo, la agencia estadounidense para el control de alimentos y medicamentos (FDA), recomienda a los usuarios preocupados por este tema el uso de auriculares para mantener la antena del terminal apartada de la cabeza. A su vez, tanto las autoridades francesas como las inglesas ha recomendado que se reduzca drásticamente el uso de este tipo de terminales en los niños con el fin de evitar posibles riesgos.
Por el contrario, un estudio publicado por la revista médica New England Journal of Medicine, además de ratificar que el uso de la telefonía celular no fomenta la aparición de tumores, incluye las opiniones de algunos científicos que se aventuran a afirmar que el leve calentamiento producido por los terminales, al dilatar los vasos sanguíneos de la cabeza, podría mejorar sensiblemente la memoria inmediata del usuario.
El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Telecomunicaciones (COITT), basándose en un estudio realizado por el gabinete Cremades y un informe presentado por Pedro Costa Morata, Ingeniero Técnico de Telecomunicación y experto en temas medioambientales, exige al ministerio de Ciencia y Tecnología que proceda urgentemente a la regulación territorial y ambiental de las nuevas redes de telecomunicaciones, para no eludir la responsabilidad constitucional de preservar la salud de los ciudadanos, al mismo tiempo que defender los intereses legítimos de los operadores y el suministro de los adecuados servicios de telecomunicaciones a todos los usuarios.
Así mismo, el COITT se ofrece para colaborar con las instituciones gubernamentales para acelerar la elaboración de estudios que permitan establecer la envergadura real de estos impactos electromagnéticos sobre la salud pública, para evitar el creciente temor y rechazo que provocan las instalaciones de antenas y estaciones base en numerosos municipios españoles.
En este sentido, en el informe presentado por Pedro Costa Morata, se afirma que la frecuencia en la que operan los proveedores de comunicaciones móviles (900 y 1.800 Mhz) está dentro de la zona del espectro electromagnético llamado microondas, caracterizado por sus efectos térmicos de inducir calor en la materia viva expuesta. Estos efectos, traducidos a la telefonía móvil, se dejan sentir sobre todo en el oído y en el ojo, al igual que en el cerebro por su proximidad al teléfono aplicado a la oreja. Estas exposiciones prolongadas puedan dar lugar a procesos patológicos como las cataratas.
Por otra parte, también informa de otros dos riesgos fisiológicos producidos por los campos electromagnéticos la perturbación de los biorritmos cerebrales, encargados de regular funciones fisiológicas como el ritmo cardiaco en los periodos de vigilia y sueño cada 24 horas; y la alteración del transporte del calcio iónico en las células, elemento esencial en los mecanismos metabólicos, cuyo ritmo se ve afectado por la presencia de campos electromagnéticos.
El estudio elaborado por Cremades, en sus conclusiones señala que los operadores de telefonía móvil tienen un impacto sobre el medio ambiente en el desarrollo de sus actividades que se traduce en el impacto visual como consecuencia de la proliferación de antenas; el efecto de la emisión electromagnética y su repercusión sobre la salud y el medio ambiente; y el consumo de energía con la consecuente degradación del medio. Todos estos puntos deben ser muy tenidos en cuenta por los organismos oficiales para evitar contradicciones con los dictados de la Constitución Española, a la hora de elaborar el Real Decreto sobre Telecomunicaciones.
A su vez, el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones (COIT), quiere advertir del peligro de crear alarma social por la repercusión en la salud humana de las emisiones radioeléctricas emitidas desde las antenas. Desde esta entidad se aboga por una actitud responsable de todos los agentes implicados en el desarrollo de la Sociedad de la Información, e insta a divulgar una información asequible y comprensible para las autoridades locales y la ciudadanía que dé a conocer los datos de los que se dispone relativos a este aspecto, para evitar la alarma social. Adicionalmente, recuerda que el Gobierno español tendrá en cuenta las recomendaciones del CENELEC para regular la situación de las telecomunicaciones en España.





