El tercer fabricantes de móviles mundial Ericsson ha presentado recientemente los resultados relativos a su tercer trimestre fiscal, periodo en el que la compañía ha obtenido unas pérdidas netas de 419 millones de euros (69.859 millones de pesetas), y en el que su facturación ha descendido hasta los 5.785 millones de euros (962.565 millones de pesetas).
Los malos resultados que Ericsson arrastra desde principios de año responden principalmente a la caída de las ventas en la división de telefonía móvil, que en el tercer trimestre han descendido un 42 por ciento y también, a la mala acogida que tuvo a principios de 1999 el nombramiento de Lars Ramqvist como presidente de la firma y que repercutió en las acciones de la firma, que perdieron un 38 por ciento desde que el directivo tomó posesión de su cargo.
Precisamente, han sido estos malos resultados los que han llevado a Ramqvist a dimitir. El directivo que ha dejado su cargo tras reconocer que los problemas de Ericsson se agravan más de lo previsto, será sustituido por Michael Treschow, hasta ahora consejero delegado de Electrolux y conocido en el sector por la dura política de reestructuración que llevó a cabo en la fábrica de electrodomésticos y que costó el puesto al 11 por ciento de la plantilla de Electrolux.
Por su parte, Ericsson ya ha anunciado que llevará a cabo un recorte de plantilla que podría afectar a 22.000 empleados, y que permitirá ahorrar a la compañía unos 740 millones de euros (123.125 millones de pesetas) en todo el ejercicio.
Asimismo, Kurt Hellström, consejero delegado de la firma, advirtió también, que los resultados de Ericsson para el cuarto trimestre serán mejores y que la compañía espera alcanzar un margen operativo cercano al 5 por ciento para todo el ejercicio 2002.
