Microsoft ha sufrido un nuevo revés. El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha decidido no aceptar la apelación de la compañía para intentar revocar la sentencia de la Corte de Apelaciones, del pasado 28 de junio, que acusaba al gigante informático de violar las leyes de competencia.
La sentencia dictada por el Tribunal de Apelaciones recogía que la compañía había violado las leyes antimonopolio estadounidenses, pero rechazaba la petición del juez Thomas Jackson de dividir la compañía en dos empresas independientes.
Precisamente, la apelación presentada por Microsoft ante el Supremo tenía que ver con el juez Jackson. La compañía, alegando que el magistrado realizaba continuas filtraciones a la prensa mientras estaba encargado del caso, pidió a la Corte Suprema que fuera más allá y desestimara el resto de conclusiones de Jackson.
Sin embargo, el Supremo ha decidido no aceptar dicha petición y basándose en los análisis llevados a cabo por la Corte de Apelaciones en relación a la conducta del juez, ha dejado el caso en manos de un juzgado federal menor.
En este sentido, Microsoft tendrá que elegir ahora entre llegar a un acuerdo amistoso con el Gobierno, autor de la demanda, o recibir las sanciones que estime dicho juzgado federal.
