El cloud computing ofrece infinidad de posibilidades para las empresas. Ahorro de costes, eliminación de infraestructuras sobrantes y más agilidad a la hora de trabajar. Ya no es una tendencia, ni una moda, se ha consolidado y sigue extendiéndose. Uno de los sectores en los que más aplicaciones tiene la nube es el de las comunicaciones.
REDES & TELECOM ha organizado una mesa redonda bajo el título ‘Oportunidades de negocio que aporta la nube a las comunicaciones empresariales’ para saber en qué situación está el cloud dentro de este ámbito. La convocatoria contó con firmas de referencia en este campo como el proveedor Selta, Centac, Gneis Global Services – Grupo Bankinter, Codeactivos, Red Abogacía y la Autoridad Portuaria de Las Palmas. Todos los asistentes coincidieron en señalar que la seguridad y, sobre todo, la conectividad eran los dos elementos fundamentales a la hora de llevar las comunicaciones a través de la nube con garantía de éxito.
Subirse a la nube no es difícil. Basta con entrar en contacto con un buen proveedor y entrar a formar parte de la familia cloud. Lo que puede ser más complicado es acertar con los servicios que realmente queremos subir a esa nube. Hay que tener en cuenta que no todas las compañías son iguales, que manejan información de distinta índole y que no todo es susceptible de ser virtualizado.
Jesús Ramírez, de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, lo tiene claro: “nube sí, pero con cabeza. Por fases y con asesoramiento legal. No queremos que la nube adquiera color negro y se convierta en tormenta”. Ramírez habla con conocimiento de causa, porque la gestión de una entidad como la suya no es sencilla. Sólo en lo que llevamos de 2013, la Autoridad Portuaria de Las Palmas ha tenido que gestionar servicios para casi 2.500 embarcaciones y cerca de 200.000 pasajeros. “El cloud actúa como un centro de cálculo central que hace todo, nos proporciona gráficos que nos ayudan a mejorar nuestra gestión. Nosotros tenemos un CPD que es el cerebro de todo, y hemos instalado canales de comunicación de 1Gb que comunican todas las islas. Ahora hemos dado un paso más y hemos incorporado voz. Ahora bien, es muy importante encriptar bien los datos y adoptar medidas de seguridad exhaustivas. Muchas empresas no se atreven a dar el salto porque les da miedo”.
José Luis Domínguez, CEO de Selta, no deja tampoco lugar a dudas: “cloud sí o sí. El cloud es muy flexible y tratar de hacerlo rígido no tiene sentido. La nube va a dar mucho juego, siempre que no hagamos locuras en las implementaciones. Nosotros facilitamos el SaaS, colaboramos con partners y ofertamos varias alternativas para que funcione. Nuestro mayor cliente es la Agencia Tributaria de Italia, donde gestionamos 400.000 usuarios desde Roma, y lo hacemos bien”.
Diego Soriano, gerente de Proyectos Tecnológicos en Centac, también apoya las ideas vertidas por estos ponentes, y menciona la “accesibilidad” como otro aspecto importante. Soriano subraya que esta accesibilidad se debe entender “como la capacidad de que todas las personas puedan usar el cloud, ya que es una herramienta que creemos modificará la forma de suministrar tecnología. Los servicios en la nube se extenderán, incluso en las empresas más pequeñas, y nosotros queremos advertir de que esos servicios deben diseñarse de forma accesible”.
Ricardo Madrigal, gerente de Telecomunicaciones en Gneis Global Services – Grupo Bankinter, reconoce que “hay cosas que no se adaptan al cloud. Imaginaos en nuestro caso, entornos bancarios, tenemos modelos muy cerrados con condiciones muy duras por parte de algunos clientes. Hay datos que no pueden llevarse a la nube. Nosotros pensamos que en las empresas grandes se debe ir hacia modelos híbridos, en las pequeñas no tanto”.
Muchos usuarios y empresas ven el cloud como algo muy reciente y novedoso. Sin embargo, Luis Aragoneses, consultor senior de Selta, recuerda que en los años 70 existía lo que por entonces se conocía como “informática distribuida”, algo así como el embrión del cloud computing actual. Aragoneses dice que “la velocidad en las conexiones y la virtualización son los dos fenómenos que han impulsado la nube actual. Tenemos una gran capacidad para virtualizar, pero hay que solventar el tema de la velocidad, en caso contrario no podremos hacer realidad el cloud”.
Álvaro Valero, IT manager de Codeactivos, empresa dedicada a la gestión de cobros, destaca que ellos están “totalmente montados en el cloud”. El core principal de la firma reside en el contact center, por lo que sus comunicaciones son parte vital para el negocio. “Hemos abaratado costes y hemos ganado dinamismo a golpe de ratón. Hemos virtualizado nuestros servicios con VMware y tenemos distintos aplicativos subidos a nuestra plataforma cloud, ahora hemos añadido el escritorio virtualizado. Aún así, tenemos que mejorar en MDM porque estamos más flojos”.
La legislación es otro punto fundamental a tener en cuenta. Y las leyes en Internet la mayoría de las veces son muy difusas. Así lo explica José Leandro Núñez García, abogado-socio de Audens, que avisa de que existen “numerosos problemas con la portabilidad, las migraciones y las leyes de cada territorio, ya que no hay una normativa global sobre Internet. Ahí está el caso de España, donde la Agencia de Protección de Datos apenas sanciona. Tenemos una normativa que viene de del año 1999, que a su vez bebe de una de 1992, que se inspira en otra de 1981. Ni siquiera existe la contratación online como tal. En USA se puede patentar el software y aquí no. Esto son algunos ejemplos que sirven para ver que tenemos mucho trabajo por delante. Hemos llegado incluso a identificar MaaS (Malware as a Service), en el que los proveedores de malware crean paquetes a modo de licencia para que operen en un número determinado de equipos. Si te pasas pagas más. Esto nos lo ha confirmado la propia Guardia Civil. Hay multitud de ataques y de delitos que no están ni siquiera reconocidos”.