Las operadoras españolas suministran sólo tres cuartas partes de la velocidad de banda ancha que promocionan en sus servicios de acceso a Internet (128 Kb/s ó 256 Kb/s), siendo Telefónica la que ofrece una conexión más rápida, según revela un estudio de la Asociación de Internautas (AI).
Entre las operadoras tradicionales que ofrecen conexión a través de ADSL (256 Kb/s), el servicio que sale mejor parado es el de Telefónica, que ofrece una velocidad media de 187 Kb/s, es decir el 73 por ciento de lo que vende a sus clientes.
Por detrás de la operadora dominante figuran Retevisión, cuyo servicio rinde a una velocidad de 181 Kb/s (71 por ciento), mientras que el servicio que ofrece Uni2 ofrece una velocidad media de 174 Kb/s (68 por ciento).
En cuanto a las operadoras de cable (128 Kb/s), Supercable ofrece el mejor servicio con una velocidad media de 106 Kb/s (83 por ciento); por delante de Menta, 100 Kb/s (78 por ciento); Ono, 96 Kb/s (75 por ciento); y Madritel, 96 (75 por ciento).
Pese a estos resultados, que demuestran que las operadoras de cable se aproximan más a la velocidad del servicio que venden, la AI advierte de que las de cable comercializan su servicio a un precio muy similar al de 256 Kb/s, aunque ofrecen una velocidad máxima teórica de la mitad.
Por todo ello, y debido a las diferencias existentes entre las operadoras tradicionales y las de cable, la AI ha denunciado la ausencia de un sistema de calidad estándar de obligado cumplimiento para las compañías, al tiempo que destaca la pasividad del ministerio de Ciencia y Tecnología a la hora de crear un sistema objetivo.
En este sentido, la AI propone que se debatan en el sector un conjunto de parámetros que compongan el sistema de calidad para las operadoras, de los cuales la velocidad sólo debería ser uno de ellos.
Asimismo, la Asociación ha manifestado su preocupación por la actual situación del servicio ADSL, que, con la complicidad del Ministerio y la CMT, sólo es un producto de Telefónica revendido por los operadores en competencia, cuyo resultado es el agravamiento tarifario que supone para el usuario, en aras a mantener una supuesta e irreal liberalización del mercado de las telecomunicaciones.
