La operación comenzó con una oferta, por parte de HP, de 18.000 millones de dólares (3,47 billones de pesetas/20.880 millones de euros), cantidad ofrecida por la citada compañía para adquirir la división de consultoría de PwC y, contrariamente a lo habitual, no hubo una negociación a la alza sino que a mitad de los prolegómenos, HP anunció que su segunda cifra ofertada eran 15.000 millones de dólares (2,9 billones de pesetas/17.400 millones de euros) lo que supone una reducción sustancial.
Entre todas las explicaciones que se han barajado, la más comentada ha sido que tras el cierre del año fiscal de PwC, los resultados estaban por debajo de las expectativas, con lo que su cotización debería descender. HP se ha limitado a anunciar que la operación no ha llegado a buen término, sin dar más detalles; aunque fuentes de la compañía aseguran que si bien la compra de la parte de consultoría de PwC supondría un aumento potencial de la división homóloga de HP, el no haber llegado a un acuerdo no provocará ningún cambio estratégico. Quien tiene que mover ficha ahora es PwC, que sufre la presión de las leyes americanas que le obligan a transformar en independientes la parte de consultoría y de auditoría.