CC.OO., la Asociación de Internautas y Kriptópolis se reunieron con varios senadores de los principales partidos políticos para denunciar públicamente la intromisión, por parte de las empresas, en los correos personales de los trabajadores y debatir qué medidas hay que tomar para garantizar su privacidad.
En la conferencia aclararon que el correo electrónico es un medio de comunicación más dentro de la empresa como el teléfono, el fax o la valija interna, según palabras de María Jesús Paredes, sindicalista de CC.OO., por lo que el trabajador debe de gozar de las mismas garantías de uso que tiene con el resto de las tecnologías. Se trata de conseguir que el derecho de los trabajadores a comunicarse entre sí y con el sindicato, a través del e-mail, sea una realidad y se produzca sin alterar los fines de la empresa, afirmó José María Fidalgo, Secretario General de CC.OO.
Por su parte, Félix Lavilla, senador por el PSOE, recordó que nuestras leyes contemplan desde hace tiempo el derecho a la privacidad de los e-mail La Constitución en su artículo 18 y el Código Penal vigente en el artículo 197 son claros ejemplos. A su juicio el problema es convencer a las empresas de que la antiprivacidad del e-mail es tan ilegal como una escucha telefónica.
Más allá del campo de las leyes, el columnista de la publicación Kriptópolis y abogado experto en seguridad informática, Carlos Sánchez Almeida, apuntó como medida inmediata la necesidad de usar un sistema de cifrado para proteger las comunicaciones.
