AT&T está adoptando el modelo llamado “Edge Computing” para mover los datos del dispositivo a la nube. Y solo se conseguirá con el 5G. Por tanto, el reto se encuentra en la capacidad para procesar la mayor cantidad de datos en el menor tiempo posible. Las futuras aplicaciones, como los coches autónomos o la realidad aumentada / realidad virtual (AR / VR), exigirán cantidades masivas de computación en tiempo casi real. De hecho, según algunas estimaciones de terceros, los vehículos de conducción automática generarán hasta 3,6 terabytes de datos por hora.
Edge computing sortea esos obstáculos moviendo la computación a la nube para que todo funcione sin fisuras. Es como tener un superordenador inalámbrico que te sigue donde quiera que vayas. Eso sí, la velocidad más rápida y la menor latencia que se espera del 5G serán elementos fundamentales para habilitar esta tecnología.
Actualmente, AT&T está implementando servicios de EC (Edge Computing) en sus clientes empresariales a través del servicio AT&T FlexWareSM. Los clientes pueden gestionar sus servicios de red a través de una tablet estándar. Se espera que haya más aplicaciones para Edge Computing en áreas como seguridad pública que será posible por la red de banda ancha inlámbrica FirstNet.