El presidente y CEO de Intel, Craig Barrett, ha decidido echar una mano a los internautas y compañías europeas que utilizan Internet para llevar a cabo sus relaciones comerciales al solicitar bajadas en los precios de acceso a la Web en el Viejo Continente para, de esta forma, favorecer la implantación de los nuevos modelos de negocio basados en e-business en las empresas de mediano y pequeño tamaño.
Barrett, que hizo estas declaraciones en un encuentro con la prensa celebrado en la ciudad sueca de Estocolmo, exigió la apertura del bucle local de abonado para fomentar una mayor competitividad en los costes que redunde en una mejora de cara al consumidor. Hay muchos países que quieren alcanzar la economía basada en Internet, para lo que deben acelerar la apertura a la competencia del bucle local y rebajar los precios de acceso. Además de reclamar la apertura del bucle local también incidió en la necesidad de la implantación de tarifas planas.
Craig Barrett, que apuntó la excelente proyección del B2B en Europa y Estados Unidos, destacó la importancia de la tecnología XML en las relaciones comerciales entre empresas en Internet y apuntó como siguiente paso de la nueva economía a la integración de la totalidad del ciclo comercial corporativo, desde los suministradores hasta los distribuidores y el cliente final.
El directivo de Intel destacó también la importancia de contar con una infraestructura escalable y preparada para soportar los posibles incrementos de la demanda en el e-business. En este sentido, realizó una demostración de e-business sobre una solución basada en las diferentes familias de productos Intel, que incorporaba un PC basado en un procesador Pentium III a 1GHz de velocidad y servidores que corrían sobre procesador Itanium.
Lo que sí adelantó el presidente y CEO de Intel es una previsión de incremento de los negocios de la compañía que giran alrededor de los productos de networking y comunicaciones en un 50 por ciento durante los próximos años, aunque seguirán creciendo hasta el año 2005 de los ingresos derivados del negocio de microprocesadores, un menor peso en el conjunto global de la facturación.
En línea con la política de inversiones en nuevas compañías, Barrett apuntó que tienen pensado realizar un 50 por ciento de las nuevas inversiones en start ups estadounidenses y el otro 50 en compañías del resto del mundo, principalmente de Europa y Asia.