Según Ericsson este acuerdo le proporcionará una mayor economía de escala, incremento del rendimiento del capital y una mejor flexibilidad, al mismo tiempo que reduce riesgos.
Sujeto a los acuerdos finales, el plan se hará efectivo a partir del próximo 1 de abril cuando Flextronics asumirá el control de todo lo relativo a sus plantas de producción en Brasil, Malasya, Suecia, Reino Unido y una parte de las de Estados Unidos, dejando fuera del acuerdo a las fábricas de China.
Esta reestructuración afectará a 9.800 empleados de sus plantas de producción, de los cuales 4.200 pasarán a formar parte del grupo Flextronics, unos 600 serán recolocados en otros centros de la compañía, además de que la empresa ha afirmado que ayudará a encontrar empleo a la mayor parte del personal afectado y facilitará la jubilación anticipada de otra parte de los mismos.
El presidente de Ericsson, Kurt Hellström, declaró que los resultados de esta división siguen siendo poco satisfactorios debido a los fallos de suministro de los proveedores, por lo que nos hemos visto obligados a tomar estas costosas medidas de ajuste; y a la pérdida de cuota de mercado. La compañía cerró el pasado ejercicio en tercera posición, por detrás de Nokia (con una cuota de mercado del 30,6 por ciento) y Motorola (con el 15,3 por ciento), tras ver descender su cuota de mercado en un 0,8 por ciento con respecto a 1999, con un 9,7 obtenido en 2000, lo que supone una estimación de 415 millones de terminales.
Profundizando en los motivos de esta decisión, según el presidente de Ericsson, habíamos entrado en un círculo vicioso, del que ahora estamos procurando salir. La dinámica del mercado ha cambiado y nosotros debemos cambiar con ella.
Todas estas operaciones no afectarán a los emplazamientos del desarrollador sueco en nuestro país, según han afirmado fuentes de la compañía, ya que el centro tecnológico que poseen en Zamudio (Vizcaya), donde se concentra la actividad industrial de nuestro país es muy versátil y no fabrica terminales en grandes volúmenes. Los usuarios de teléfonos móviles de esta marca tampoco se verán afectados por estas decisiones, además de que mantendrán los acuerdos con las operadoras.
Según los analistas del mercado, el motivo de la difícil situación actual del fabricante tiene su origen en un error de estrategia cometido hace unos dos años, cuando la compañía infravaloró el mercado de los terminales móviles y redujo su producción en 20 millones menos de los que debía haber fabricado, momento que aprovechó su más directo rival, Nokia, para hacerse con la mayoría del mercado, posición de la que no está dispuesto a deshacerse.
El hecho de que la compañía se deshaga de los procesos de fabricación no quiere decir en ningún momento que tenga la intención de abandonar este mercado. Los objetivos que deberá afrontar en estos momentos es enfocar todos sus esfuerzos en los procesos de desarrollo, diseño, marketing y ventas, para conseguir que su evolución en este segmento siga una trayectoria al alza, en lugar de continuar a la baja.
