La técnica de encuestas indirectas de Social Probing basa sus estimaciones en las relaciones sociales de cada participante. En vez de preguntar su opinión directa, se consulta sobre las percepciones de sus contactos, lo que reduce el sesgo de respuesta. En lugar de preguntar “¿qué opinas tú?”, se pregunta “¿qué opinan tus contactos sobre X?”. Así, se minimiza el sesgo de deseabilidad que lleva a responder lo que uno cree correcto en lugar de lo que realmente piensa.
El proyecto Social Probing contó con la coordinación de IMDEA Networks y la participación de la Universidad Carlos III de Madrid, Universidad Politécnica de Madrid y la Universitat Jaume I de Castellón. Además del apoyo del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. El equipo liderado por Antonio Fernández Anta estableció protocolos para diseñar, desplegar y analizar las encuestas.
Se aplicó el método a la pandemia de COVID-19 y al estudio del reparto de tareas domésticas en colaboración con el Instituto de las Mujeres. Estas pruebas validaron la eficacia del muestreo indirecto en ámbitos sociales complejos. Los resultados demostraron su potencial para otras áreas de investigación.
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Ventajas y limitaciones de Social Probing
Esta metodología requiere muestras pequeñas, lo que conlleva costes reducidos y un despliegue más rápido. Además, posibilita una monitorización de tendencias sociales sin necesidad de relevar a grandes poblaciones. El resultado es un análisis dinámico que se adapta a cambios de contexto con mayor agilidad.
Preguntar por la opinión de los contactos minimiza la intrusividad y protege la privacidad del encuestado. Según el equipo, esta estrategia incita a la honestidad en las respuestas al eliminar la presión de ofrecer una postura personal. Como consecuencia, se obtiene un panorama más real de la opinión pública.
Se detectaron sesgos vinculados a la edad del encuestado, que afectan la representatividad de los datos. Para minimizarlos, se aplicó estratificación por grupos de edad en la muestra. Este ajuste refuerza la fiabilidad de las estimaciones.
Resultados y perspectivas
La aplicación de Social Probing alcanzó una precisión notable en la estimación de intención de voto en elecciones autonómicas, nacionales y europeas. En Madrid, el modelo predijo todos los escaños salvo uno con apenas 200 participantes. Estas cifras rivalizan con las encuestas tradicionales que utilizan muestras de miles de personas.
El equipo preserva la tecnología desarrollada y prepara una tesis doctoral sobre métodos robustos de procesado. Además, avanza en la identificación de redes sociales idóneas para su uso. Ya exploran nuevas aplicaciones, como encuestas para medir el uso del agua en España y fomentar campañas de concienciación. Los responsables prevén que esta aproximación marque un punto de partida para futuros estudios sociales.