La partida que acusa una mayor subida es la cuota de abonado que se incrementará casi un 13 por ciento. Dicho ajuste, que responde a un acuerdo aprobado a finales de 1999, se hará escalonadamente en dos tramos. El primero se producirá entre enero y marzo de este año cuando empezaremos a pagar 100 pesetas/0,6 euros más (de abonar una cuota de 1.542 pesetas/9,3 euros pasaremos a 1.642 pesetas/10 euros), el segundo aumento se producirá en verano, en el mes de agosto, y representará una subida de otras 100 pesetas/0,6 euros.
Para compensar, desde este año asistimos a la rebaja en las llamadas de fijo a móvil y viceversa. Esta reducción se produce como resultado de la decisión de Telefónica Móviles de adelantarse a sus competidores y anticiparse a la intención del Gobierno de solicitar una reducción para el próximo mes de octubre. La división de móviles de Telefónica tiene previsto aplicar el recorte en dos etapas una a partir del 15 de enero, del 10,75 por ciento y la siguiente en abril, con un 7 por ciento adicional. Esto repercutirá en una recorte del precio de las llamadas de fijo a móvil de hasta un 13 por ciento.
Por otra parte, el precio de las tarifas repercute directamente sobre el resto de los operadores. Desde la Unión Europea se estima que el precio actual de la cuota de abono impedirá la entrada de nuevos competidores en este segmento. Aunque Telefónica ha pedido autorización al Gobierno para elevar las tarifas al cliente final, el Ejecutivo se ha negado afirmando que el equilibrio tarifario estaba concluido. Pero el hecho es que si Telefónica aplica a sus competidores tarifas más altas que las que hace recaer sobre sus clientes, el resultado es que las nuevas operadoras no podrán captar abonados.