Casi dos meses después del apagón que sufrió el país el pasado 28 de abril, ya sabemos qué lo provocó. Al menos la versión oficial. El Gobierno presentó ayer 17 de abril, en el Consejo de Ministros, el informe sobre las causas de este suceso que dejó sin electricidad a toda España.

Fue la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen (en la foto), quien anunció la disponibilidad del documento aprobado por el Consejo de Seguridad Nacional.
Alerta spoiler: se debió a una sobretensión de origen «multifactorial».
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Conclusiones sobre el apagón eléctrico del 28 de abril
Aagesen ha resaltado que el comité, integrado por profesionales de reconocido prestigio y equipos de distintos ministerios y organismos, ha trabajado «sin descanso» para identificar las causas del apagón y proponer mejoras. Su labor -ha añadido- ha posibilitado disponer de ese informe en 49 días, prácticamente la mitad del plazo del que dispone España para presentarlo a la Comisión Europea.
La vicepresidenta ha señalado tres premisas que han guiado al comité: el rigor, la cooperación de los agentes y la búsqueda de propuestas concretas. También ha apuntado la existencia de datos «contradictorios» o «incompletos», así como que alguna información «finalmente no ha llegado», lo que se explicita en el informe. El documento respeta dos máximas: el compromiso con la transparencia y la obligación de confidencialidad. Los datos identificativos de empresas y personas jurídicas se omiten para salvaguardar esa confidencialidad y también «para proteger la integridad de los procedimientos que se deriven de los hechos ocurridos», según ha explicado la ministra.
Los trabajos se han dividido en un grupo dedicado a la ciberseguridad y los sistemas digitales y otro a las operaciones del sistema eléctrico.
Sin evidencia de ciberataques
Sara Aagesen ha asegurado que «la mayor investigación en materia de ciberseguridad que se ha dado en nuestro país» permite concluir que «no existe evidencia de ciberincidente o ciberataque como causa de la crisis energética ni en el operador ni en los distintos niveles». El comité sí ha identificado «vulnerabilidades, carencias o malas configuraciones de medidas de seguridad que pueden exponer las redes o los sistemas a potenciales riesgos futuros«, según ha indicado.

En la investigación han participado más de 75 personas repartidas en 6 equipos, con una coordinación público-privada sin precedentes y 3 niveles de análisis: el operador del sistema, los centros de control repartidos por el territorio y las instalaciones de generación.
Cronología del apagón
El comité ha analizado millones de datos sobre las operaciones del sistema eléctrico, desde informes técnicos y valoraciones de los operadores a mediciones de variables como la tensión, la frecuencia o la potencia. El informe estructura los hechos en 5 fases: la inestabilidad en la mañana del apagón e incluso los días previos; las oscilaciones entre las 12:00 y las 12:30 del 28 de abril; las pérdidas de generación; el colapso peninsular y la fase de reposición del suministro.
La vicepresidenta ha detallado que el 27 de abril el operador del sistema, Red Eléctrica, programó 10 centrales térmicas repartidas por todo el territorio para el control dinámico de tensión del día siguiente. Sin embargo, a las 20:00 horas del 27 de abril una de las centrales previstas declaró que no iba a estar operativa el día 28; el operador decidió reprogramar, pero no sustituir ese parque térmico en las horas centrales del 28 de abril. Aagesen también ha apuntado que ya había inestabilidad en el sistema desde las 9 de la mañana del día 28 y que se agudizó a partir de las 10:30, aunque las tensiones se situaban dentro los límites permitidos por la normativa.
En la segunda fase, se registraron oscilaciones en el sistema. «No hablo de subidas y bajadas, sino de vaivén», ha dicho la vicepresidenta, quien ha afirmado que las oscilaciones son «relativamente frecuentes» y que el operador es experto en gestionarlas por encontrarse España en un extremo del sistema europeo. Sin embargo, a las 12:03 hubo una oscilación «atípica» y con una frecuencia mayor de lo habitual. Con la información disponible, se puede situar su origen en la península y vincularla con «una instalación específica y un comportamiento anómalo».
Ante esa oscilación y otra que se produjo a las 12:19, relacionada con el centro de Europa, el operador aplicó los protocolos existentes. Las medidas fueron eficaces, pero causaron también que aumentara la tensión. Para controlarla, el operador ordenó conectar una nueva central en la zona sur, pero esta necesitaba una hora y media para activarse. La vicepresidenta ha manifestado que, además, el operador detectó que “las centrales que estaban disponibles para controlar tensión y las que también habían sido programadas para ello por restricciones técnicas no estaban regulando tensión según lo previsto por la normativa”.
En la tercera fase, a partir de las 12:32, se produjo una subida de tensiones “rápida, sostenida y lineal”, acompañada de desconexiones de infraestructuras en Granada, Badajoz y Sevilla, entre otros lugares. Sara Aagesen ha remarcado que algunas de estas desconexiones se produjeron dentro de los límites autorizados para proteger las instalaciones, mientras que otras “ocurrieron de manera indebida”.
Las altas tensiones condujeron a una reacción en cadena en que la desconexión de cada planta provocaba la de la siguiente y, además, se perdió la capacidad de interacción con Europa a través de Francia. Ante la incapacidad para regular tensión, el sistema colapsó a las 12:33:30.
Origen multifactorial
La vicepresidenta ha defendido que el apagón “tuvo un origen multifactorial, es decir, confluyeron una combinación de factores”.
En primer lugar, el sistema no disponía de suficiente capacidad de control de tensión dinámica. “Faltaban capacidades bien porque no estaban programadas con suficiencia, bien porque las que estaban programadas no proporcionaban adecuadamente lo que decía la norma, o una combinación de ambas”.
La segunda causa fue que las oscilaciones condicionaron el sistema: el operador aplicó las medidas previstas, pero estas a su vez llevaron a una situación de mayores tensiones.
En tercer lugar, se sucedieron las desconexiones, algunas de las cuales «fueron aparentemente indebidas». Esto contribuyó a la escalada de la tensión, según ha dicho Aagesen, que ha expuesto que se podría haber evitado llegar al «punto de no retorno» si se hubiera actuado «con anticipación» para controlar la tensión.
Medidas para mantener el liderazgo en la transición energética
La titular de Transición Ecológica ha avanzado que, a partir de las medidas identificadas por el comité para que el apagón «no vuelva a ocurrir», el próximo Consejo de Ministros aprobará un conjunto de actuaciones para reforzar el sistema y la ciberseguridad.
Entre las iniciativas que ha anunciado, figuran el refuerzo de la supervisión y la verificación del cumplimiento de las obligaciones por parte de todos los agentes del sistema; el refuerzo de los recursos que pueden controlar la tensión, incluyendo a todas las instalaciones de generación renovable; la aceleración de la planificación de la red de transporte; la apuesta por el almacenamiento; la mejora de las interconexiones, y el abordaje de las vulnerabilidades en ciberseguridad.
El informe, según ha concluido Aagesen, “nos permite a todos reflexionar, pero también actuar” y va a ayudar a España a mantener el liderazgo en la transición energética, que es un vector de crecimiento, empleo, competitividad e inversión extranjera, así como a avanzar hacia la autonomía estratégica, concluye.