Finalmente Dell deja la Bolsa y se pone en manos del fondo de capital riesgo Silver Lake Partners (que ha pagado 13,65 dólares por título). La adquisición ha costado 24.400 millones de dólares (18.100 millones de euros) y en ella han participado tanto Microsoft (con 2.000 millones, una cifra simbólica) como el propio consejero delegado de la firma, Michael Dell (que se mantiene como principal accionista).
El precio final representa una prima del 25% si se toma como referencia los 10,8 dólares a los que cotizaba el 11 de enero y de casi el 40% si la referencia es el precio medio del os 90 días previos a las especulaciones del mercado. La operación, aprobada anoche por su consejo de administración, se espera esté completada antes del verano. En ella también participan Barclays, Bank of America, Credid Suisse y RBC Capital, que dan garantía para financiar la deuda que generará la compra.
Se trata de una decisión que ha sido alabada por los analistas. Y es que, al ser una empresa no cotizada, Dell podría tomar decisiones arriesgadas sin tener que estar bajo la presión de la Bolsa. De hecho, se especula que a corto plazo podría centrarse en los sistemas empresariales y los servicios, y librarse así de los malos resultados que arrastra el mercado del PC y contrarrestar su ausencia en negocios en auge como el de las tabletas y los smartphones. Además, las últimas adquisiciones llevadas a cabo por la compañía (Perot Systems, EqualLogic, Compellent, Sonicwall, Wyse o Quest) hacen aventurar una mayor presencia en soluciones para los centros de datos, que hasta la fecha representa sólo un tercio de su facturación. Y todo ello volcándose más en la venta indirecta que directa, configurando un canal certificado para llevar a buen puerto sus intenciones.
El fabricante estadounidense presentará resultados el próximo 19 de febrero.