Desde hace tiempo el modelo de informática “en la nube” o cloud computing viene desarrollándose a grandes pasos. Según los últimos datos de IDC, los ingresos generados por los servicios cloud computing alcanzarán en 2012 un valor cercano a los 42.000 millones de dólares, lo que representa el 9 por ciento del total de ingresos globales de las TI. Igualmente y según Gartner, esta aproximación será la opción preferida para los proyectos de desarrollo de aplicaciones en 2015. En este sentido, Gonzalo Salsas, director general de NTT Europe Online, explica que “Cloud computing permite aprovechar los recursos TI de una manera más eficiente, generando economías de escala que repercuten en el precio final, siempre inferior frente a las ofertas tradicionales al pagar únicamente por la capacidad demandada”.
Una de las mayores ventajas de este sistema es que los usuarios pueden disponer de aplicaciones e infraestructura hardware y software sin tener que invertir en licencias o mantenimiento y, además, señala Salas, “se pueden controlar los costes y contar con mayor rendimiento y disponibilidad”.
Como contrapartida a estas ventajas, podemos decir que existe hoy en día cierta percepción de inseguridad al ubicar información corporativa y lógica de negocio fuera de la empresa.
Señalemos por último otro aspecto importante a tener en cuenta: los desarrolladores de aplicaciones o proveedores de servicios cloud delegan la gestión de su infraestructura en compañías especializadas en servicios de hosting, que refuerzan la seguridad tanto física como lógica. En este sentido y como sentencia Salsas, “se debe optar por proveedores que dispongan de CPDs dedicados que ofrezcan los estándares de seguridad de la información y continuidad de negocio más exigentes y las máximas garantías de fiabilidad, escalabilidad y disponibilidad, todo confirmado con los más exigentes Acuerdos de Nivel de Servicio”.
