En 2013 se vendieron en todo el mundo 1.000 millones de smartphones, una cota histórica que representó un crecimiento del 39,2% respecto a las cifras registradas en 2012 (752 millones). Sin embargo, parece que una vez alcanzada la cima, el negocio de los teléfonos inteligentes está abocado a descender o, al menos, a abandonar el doble dígito. Así lo ha pronosticadoIDC. Según la consultora, en 2017 el incremento anual se quedará en el 8,3% y descenderá al 6,2% en 2018.
De hecho, para el presente ejercicio, espera que los mercados maduros como Estados Unidos y Europa caigan a un solo dígito mientras que en Japón el volumen de ventas podría contraerse ligeramente. Y es que, pese al alto crecimiento previsto en muchos mercados emergentes, 2014 registrará la caída más significativa ya que se comercializarán 1,2 millones de terminales, lo que representa un 19,3% de ascenso anual. Algo lógico teniendo en cuenta que el año anterior se logró un récord en el número de smartphones vendidos.
Ante el estancamiento del negocio en los mercados maduros y la desaceleración a escala global, los proveedores de servicios y fabricantes están buscando oportunidades para vender sus dispositivos donde pueden. El resultado está siendo una rápida disminución del precio de los terminales, un terreno en el que resulta difícil que salgan las cuentas. De hecho, el precio ve venta medio (ASP, en sus siglas en inglés Average Selling Price) fue de 335 dólares en 2013, y se espera que caiga hasta los 260 dólares en 2018.
Respecto a sistemas operativos, Android seguirá liderando el negocio, seguido por iOS (la propuesta de Apple) cuyos dispositivos tendrán el precio promedio más elevado en comparación con sus competidores. Windows Phone (en el tercer puesto), por su parte, seguirá creciendo a mayor velocidad que sus rivales y encontrará su aliado en esta subida en los países emergentes.
Nuevas oportunidades fuera de China
Hace unos años que la industria de la telefonía en general mantenía su buena forma gracias a los países emergentes y últimamente esta tendencia también ha estado afectando a los smartphones. Por ejemplo, en China este negocio triplicó su tamaño en los últimos tres años y representó uno de cada tres móviles comercializados en todo el mundo en 2013, lo que equivale a 351 millones de unidades. Sin embargo, el gigante asiático ya no es lo que era. IDC asegura que también perderá fuelle en este ámbito pues se está convirtiendo en un mercado maduro más. Aún así, el 80% de sus ventas totales de móviles son dispositivos inteligentes.
Ahora la clave está en India y África, los mercados más pobres. La India representa ya más de una cuarta parte del mercado mundial de teléfonos, un país en el que están triunfando los modelos Android de menos de 120 euros.
Consecuentemente, con este panorama a la vista, muchos fabricantes han comenzado a prepararse para esta nueva etapa de presión de costes. Samsung produce cada vez más en Vietnam, donde le cuesta menos fabricar dispositivos. Incluso Hon Hai, uno de los mayores proveedores de móviles en China, ha anunciado planes para ubicar una planta en Indonesia que abarate los costes de producción de sus soluciones.