Autor: Bernardo Lorenzo, presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones
En el momento en que comenzaba a gestarse la transición hacia las redes de nueva generación (NGaN), que requieren enormes inversiones para su despliegue, la crisis económica irrumpe en Europa. Emerge entonces uno de los retos regulatorios más relevantes desde la liberalización del sector hace más de una década: cómo favorecer el despliegue de estas redes imprescindibles para el desarrollo económico y social de los países y, al mismo tiempo, impulsar la competencia en un contexto económico tan desfavorable.
Si nos centramos en España, en 2012, el sector encadenó otro año de caídas en los ingresos. Esta vez el descenso se situó en el entorno del 8% frente al 5,3% de 2011. Es cierto que esta pérdida de ingresos estuvo motivada, en parte, por una caída de los precios de los servicios de telecomunicaciones, fruto de la competencia en la que se desenvuelve el sector, pero no podemos obviar que la situación económica fue otro de los causantes de esta merma.
En este escenario adverso, lograr que los objetivos establecidos por la Agenda Digital Europea de 2010, como que en 2020 todos los ciudadanos europeos tengan acceso a Internet de al menos 30 Mbps o que la mitad de los hogares estén abonados a conexiones de 100 Mbps, exige un esfuerzo adicional de todos los agentes. No hay duda de que este proceso debe estar liderado por los operadores, que según las estimaciones deberían invertir cerca de 20.000 millones de euros para cumplir con dichos objetivos. Pero también el papel de las administraciones públicas es crucial. Los reguladores, el gobierno central, y los autonómicos y locales etc., deben contribuir decididamente, creando un entorno propicio que impulse el despliegue de redes de nueva generación (fijas y para comunicaciones móviles) y genere el interés de los usuarios por servicios innovadores.
La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) es uno de los protagonistas de este proceso y, de acuerdo con su plan de acción para 2013, actualizará la regulación de la banda ancha y de las redes NGaN España para los próximos años. Las medidas que se aprueben para fomentar el despliegue de redes de banda ancha en nuestro país estarán en línea con las directrices que establecerá la Comisión Europea, previsiblemente este verano.
La banda ancha, un mercado clave de crecimiento
A pesar de la situación actual, el mercado de la banda ancha está siendo uno de los más dinámicos. 2012 cerró con más de 11,5 millones de líneas de banda ancha fija, un 3,7% más que en 2011. A su vez, la consolidación de la banda ancha móvil, como medio de acceso a Internet, nos coloca por encima de la media europea en el uso de smartphones y este tipo de accesos.
Asimismo, casi 13 millones de hogares están preparados para disfrutar de conexiones de más de 50 Mbps, debido principalmente a la actualización de las redes de los operadores de cable mediante la implantación de la tecnología DOCSIS 3.0 y al despliegue de redes de fibra óptica hasta el hogar (FTTH). Sólo en el último año se ha duplicado el número de líneas que utilizan esta tecnología (FTTH), alcanzando las 330.000 conexiones, tendencia que se consolidará en los próximos años.
En el diseño de las futuras medidas regulatorias, la CMT apostará por mejorar la competencia e impulsar el desarrollo de estas redes. Pero, además, deberá abordar muchos otros retos, como la sustitución fijo-móvil, el empaquetamiento de productos o la aparición de operadores over the top (OTT), que compiten directamente con los operadores tradicionales. La CMT también en estos mercados buscará impulsar la competencia, la inversión y la protección de los usuarios.