Autor: Antonio García Francés, key account manager, Grandes Corporaciones, ACOTEL
La cuenta atrás hacia la obligatoriedad de implantación completa de SEPA ha comenzado, teniendo su fecha límite marcada en el 1 de febrero de 2014. A pesar de que han transcurrido ya varios años desde la introducción de los nuevos instrumentos de pago SEPA, su utilización es aún muy limitada. Según un informe elaborado por la Comisión de Seguimiento de Migración a la SEPA, el uso de adeudos directos SEPA apenas alcanza el 1% y, en el caso de transferencias, si bien el nivel de migración es más elevado, el porcentaje de transferencias SEPA sobre el total se considera totalmente insuficiente.
La SEPA (Single European Payment Area, Zona Única de Pagos en Euros) es una iniciativa liderada principalmente por la industria bancaria europea a través del EPC (European Payment Council, Consejo de Pagos Europeo), creado en el 2002 como órgano de representación para la coordinación y decisión de la industria bancaria en materia de pagos. El EPC ha definido los instrumentos de pago SEPA y los Marcos necesarios para construir el mercado único de pagos en euros (Transferencias SEPA, Adeudos Directos SEPA, el Marco SEPA para tarjetas y el Marco para los mecanismos de Compensación y Liquidación (infraestructuras).
La zona SEPA está integrada por un total de 32 países: los 27 países miembros de la Unión Europea, así como Islandia, Liechtenstein, Mónaco, Noruega y Suiza.
Esta iniciativa permite que particulares, empresas y otros agentes económicos realicen sus pagos en euros, tanto nacionales como transfronterizos, en las mismas condiciones básicas y con los mismos derechos y obligaciones, con independencia del lugar en que se encuentren dentro de la Eurozona, haciendo posible que los usuarios de transferencias bancarias, domiciliaciones y tarjetas de estos 32 países dispongan de un único conjunto de estándares y normas, lo que permitirá que dichos pagos se hagan de manera tan sencilla y eficaz como se hacen hoy en el ámbito nacional.
SEPA es el paso lógico para completar el proceso iniciado en 2002 con la introducción de billetes y monedas denominados en euros, y permitirá aprovechar plenamente todas las ventajas que ofrece la Unión Monetaria. Al igual que se utiliza una moneda única, habrá un único conjunto de instrumentos para operaciones de pago electrónicas en euros. Con SEPA desaparece la diferencia entre pagos nacionales e internacionales; ahora todos los pagos son SEPA. La SEPA fomentará la competencia convirtiendo la zona del euro en un mercado integrado en el que los proveedores puedan ofrecer sus servicios a toda la zona del euro. Los servicios ofrecidos, serán más fáciles de comparar y permitirá a los clientes la elección de entidades en este nuevo mercado integrado.
El pasado 30 de marzo de 2012 se publicó en el Diario Oficial de la Unión Europea el Reglamento de fecha final de la migración a SEPA, aprobado el 14 de febrero de 2012 por la Comisión, el Consejo y el Parlamento Europeo, por el que se establecen una serie requisitos técnicos y de negocio para la realización de transferencias y adeudos domiciliados en euros. Se establece el 1 de febrero de 2014 como fecha final para completar la migración hacia las transferencias y los adeudos directos SEPA.
Ahora, abordamos la última etapa en la que todos los participantes en el sistema deben prepararse para la adopción de las medidas necesarias que les permitan cumplir con el calendario establecido.
Si bien no disponen de un plazo holgado, las empresas todavía están a tiempo de abordar un proyecto de migración, aunque es cada vez más esencial elaborar un plan que minimice el impacto de la migración y asegure la continuidad del negocio. En ciertos casos, SEPA además puede suponer una oportunidad para actualizar los procesos y sistemas de comunicación con las entidades financieras. En la definición del plan, resulta fundamental la elección del partner adecuado, con experiencia y solvencia acreditada que permita la consecución del proyecto de migración con total garantía.