En el año 2010 el 60% de las titulaciones universitarias fueron a parar a manos femeninas. El 45% del mercado laboral también está ocupado por mujeres. Sin embargo, cuando abrimos las puertas de la alta dirección, ellas tan solo ocupan un pírrico 10%. Esa es la principal conclusión del informe La mujer directiva en España elaborado por PwC conjuntamente con Isòtes. En él, más de 800 directivos y 65 ejecutivos de máximo nivel han contestado cuestionarios y entrevistas para ver en qué situación queda la mujer en las altas esferas de las organizaciones.
Hay distintas barreras con las que las mujeres chocan cuando quieren acceder a los puestos de más relevancia. La dificultad para conciliar familia y trabajo, los patrones masculinos de algunas empresas, la menor visibilidad y exigencia, o los sistemas de promoción, no siempre basados en la meritocracia, son algunos de los escollos a los que ellas deben hacer frente.
En los consejos de administración la situación es incluso peor. Casi un 70% de las compañías reconoce no contar con consejeras. La representación en esos consejos es de un 10%. Una cifra que se ha mantenido estable en los últimos dos años.
Los datos mejoran si se atiende a los cargos directivos funcionales, donde la presencia de la mujer se incrementa hasta un 30%. Las áreas con mayor presencia son la dirección de comunicación/marketing (42%), la de la asesoría legal y jurídica (34%) y la de recursos humanos (30%). En cambio, desaparecen de áreas como la dirección de IT, la comercial y la de ventas. El sector público, el de salud y el de entretenimiento, con un 22%, un 21% y un 20%, respectivamente, son aquellos en los que las mujeres se muestran más fuertes.
En otros países como Noruega, el primero que implantó un sistema de cuotas en 2002, las mujeres representan un 42% de los consejos de administración. Francia, el útimo que ha incorporado el sistema el pasado 2011, ha sido el que ha obtenido un mayor crecimiento con un 17% de consejeras.
, declara que “estamos ante un asunto complejo, con múltiples variables y sólo la acción combinada de empresas, medios de comunicación administración pública, headhunters, escuelas de negocio y de las propias mujeres conseguirá un incremento significativo de la presencia de la mujer en la dirección de las empresas. Hay correlación entre mujeres en la alta dirección y los resultados empresariales. Si conseguimos incorporar todo este talento femenino, será bueno para las propias mujeres, para las empresas y para la sociedad”.
