En 1998, CPE disponía de unos sistemas de información que no permitían afrontar con garantías ni el Efecto 2000, ni la posterior transición hacia el euro. Además, cada una de las empresas del grupo tenían implantadas arquitecturas y aplicaciones diferentes.
Ante esta tesitura, el grupo lanzó un plan de sistemas capaz de evitar las limitaciones mencionadas con la implantación de una plataforma de gestión homogénea en cada una de las siete fábricas existentes. Como estrategia tecnológica de principio se optó por un sistema descentralizado que no resolvía las cuestiones fundamentales ya detectadas en aquellos momentos la solución propuesta pasaba por encontrar un ERP adecuado que permitiera descentralizar los procesos, pero sin atacar el gran problema de las comunicaciones corporativas por problemas de coste, de limitaciones geográficas y de diferencias horarias, según el director financiero.
Este proyecto parcial no era, por tanto, más que un paso inicial hacia la homogenización de las herramientas de gestión empresarial, una solución de emergencia ante el cambio de milenio, pero no una solución global al estilo de la que muchas otras empresas similares, también en expansión, emprendieron por las mismas fechas la presencia multinacional conlleva requerimientos de un mayor control de la gestión y de compartición de datos. Con el plan pretendíamos consolidar la gestión, hacerla homogénea y crear una base de conocimiento uniforme, y creo que la plataforma BPCS sobre AS/400 nos solventó estas necesidades.
A pesar de que el plan de sistemas no fue más allá de la implantación del ERP de SSA, lo cierto es que al mismo tiempo sentó los fundamentos de los siguientes desarrollos tecnológicos y estableció los pilares de la segunda revolución de sistemas, actualmente en fase de despliegue con el proyecto Bellota Digital.
Bellota Digital toma el nombre de la principal marca de herramientas de CPE, la famosa Bellota.
Puesto en marcha a lo largo de 2000, el plan contempla un desarrollo a medio plazo (2004) que impone una transformación profunda de las TIC utilizadas por el grupo. Los pilares del proyecto son cuatro continuidad del sistema BPCS como plataforma de gestión empresarial, aunque evidentemente con nuevos planteamientos de centralización de procesos; integración de los sistemas informáticos; mejora de las comunicaciones entre las empresas filiales y delegaciones, y el uso de Internet como mercado, fuente de información y canal de comunicación en el entorno de las nuevas tecnologías. Un proyecto para cuya consecución se han eliminado todo tipo de barreras mentales para propiciar acuerdos con los socios tecnológicos adecuados y que, al mismo tiempo, exige un enorme esfuerzo de reingeniería de procesos.
CPE ha firmado con IBM Global Services sendos contratos de externalización de servicios en las áreas de integración de sistemas y comunicaciones. Para la primera de ellas, el modelo antes descentralizado de proceso se encamina hacia un esquema de servidores de bases de datos ubicados en las instalaciones del suministrador y capaces de dar servicio a cualquier país del mundo donde CPE está presente. Para conseguirlo, también se ha firmado un contrato por el que IBM pone su malla global de comunicaciones a disposición del grupo para dar servicio a sus redes corporativas y públicas.
Para Barba, el alcance del proyecto significa la optimización de la gestión informática mediante la centralización y homogeneización de los sistemas de gestión; la reducción de tiempos para la preparación de documentación manual; la disminución de la circulación física de papeles; la disponibilidad de información on line para todos los empleados y, por supuesto, la capacidad para aminorar costes y recursos para alcanzar objetivos muy superiores.
Con este planteamiento, el panorama de las TIC para el año 2004 habrá cambiado sustancialmente los equipos y sistemas estarán centralizados en tres grandes servidores AS/400, uno para desarrollo y otros dos especializados por regiones (Europa y Estados Unidos y Latinoamérica); todas las filiales del grupo estarán conectadas on line a través de la red de IBM Global Services; el control de la información será automático optimizando la toma de decisiones locales y consolidadas; la información será accesible desde diferentes entornos tecnológicos como WAP o UMTS; los clientes podrán acceder a los datos desde cualquier parte y, como hecho trascendental, una cantidad creciente del volumen de negocio se canalizará a a través de Internet.
Según el director financiero, las nuevas tecnologías aportarán a CPE muchas cosas, pero quizá la más importante será permitirle mantener su liderazgo. Del mismo modo que no puedo ser un proveedor de una gran superficie sin disponer de un sistema EDI, llegará un momento en que no podrás suministrar a un cliente si no dispones de un marco de comercio electrónico. En este camino, antes de finalizar el presente año el Grupo empezará a realizar transacciones B2B con sus clientes de todo el mundo.
Corporación Patricio Echeverría (CPE) es el paraguas de un grupo de empresas dedicadas a la fabricación de herramienta manual y componentes de maquinaria agrícola. Actualmente, cuenta con más de 2.000 empleados repartidos por fábricas y delegaciones comerciales ubicadas en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica, y su cifra de facturación se elevó, en el año 2000, a 30.000 millones de pesetas (180 millones de euros).
Creada en 1908, la empresa acometió durante los años 30 una estrategia de expansión internacional que perdura hasta la actualidad. Ya sea sobre la base de implantaciones en diferentes países o con esquemas de adquisición de empresas locales, lo cierto es que CPE ha creado un verdadero emporio empresarial internacional cuya calidad de gestión está en el origen de los dos planes de sistemas llevados a cabo desde 1998.
La vocación multinacional de esta empresa con sede social en Legazpi (Guipúzcoa) cuyos tentáculos alcanzan la Costa Oeste de los Estados Unidos, habla de su carácter emprendedor, pero también de un instinto de supervivencia necesario para superar la madurez de un mercado de herramienta nacional excesivamente maduro. Como explica Santiago Barba, director financiero de CPE, lo que había sido una simple búsqueda de nuevos mercados internacionales para ampliar la capacidad de negocio, se convirtió, a partir de 1994, en una estrategia de internacionalización para superar los condicionamientos que supone el liderazgo en el mercado español, donde cualquier problema económico nos afectaría más que a nuestros competidores y donde cualquier nuevo competidor nos arrancaría inmediatamente un pedazo de negocio. A fecha de hoy, el 75 por ciento del volumen de negocio del grupo proviene del mercado externo.
Esta cifra explica por sí misma las crecientes preocupaciones de los gestores de CPE por desplegar nuevos modelos de TIC que permitan la interconexión de todas las filiales, facilitando el acceso y la disponibilidad de información en cualquier rincón del mundo. Sin embargo, como destaca Barba,
