La alemana Siemens ha iniciado negociaciones con otro fabricante de teléfonos móviles con el fin de mantenerse en un mercado en el que, según la compañía, a largo plazo, únicamente Nokia podrá mantener su posición sin socios.
Si bien el portavoz de Siemens, Peter Gottal afirmó que existen conversaciones para reforzar el negocio de telefonía móvil, la compañía no quiso identificar a ningún candidato, a pesar de que los analistas apuesten por la japonesa Toshiba como una de las que tienen más posibilidades.
La confirmación de que la compañía está buscando un socio ilustra las actuales dificultades por las que atraviesan los fabricantes de teléfonos móviles, y más en el caso de Siemens que originariamente buscaba caminar en solitario.
Sin embargo, Siemens se vio obligada a reconsiderar su estrategia en el mercado de telefonía móvil debido al crecimiento de sus rivales más cercanos como Sony Ericsson, una alianza estratégica entre ambas firmas, y Samsung Electronics.
El líder de mercado, Nokia, continúa dominando el sector de la telefonía móvil, aunque Motorola está ganando terreno de forma gradual. No obstante, para el resto de los competidores, la situación es difícil. El costo para permanecer en el mercado es cada vez más difícil de justificar, a no ser que se pueda garantizar éxito a largo plazo, dijo Ben Wood, analista de Gartner Dataquest.
La dificultad es que se le exige a los fabricantes que mantengan el ritmo de los constantes cambios tecnológicos y que continúen añadiendo productos, servicios y características a sus productos para mantener su competitividad, dijo Wood.
Estos problemas han afectado el negocio de telefonía móvil de Siemens, que continúa registrando pérdidas. En el trimestre que terminó el 30 de septiembre, la filial perdió 22 millones de euros, unos 3.660 millones de pesetas.
Por otro lado, Siemens informaba ayer de su intención de vender o cerrar parte de su negocio de redes. La compañía está considerando la venta parcial o el cierre de su actividad en este sector, así como eliminar puestos de trabajo y reorganizar una división que considera improductiva. Thomas Ganswindt, presidente de la división, lo explicaba así, señalando que alguna medida sí se tomará. Siemens ya ha despedido este año al 19 por ciento de la plantilla, 10.000 trabajadores.
