La red como soporte a la consolidación

Publicado el 17 Abr 2009

La consolidación es el proceso de simplificación de los activos y procesos de TI de una empresa. Recientemente las empresas han dedicado recursos a consolidar sus servidores, aplicaciones, bases de datos y personal de operaciones.

Parte de esa consolidación consiste en la centralización geográfica en un único CPD (Centro de Procesamiento de Datos). Con esta centralización se reducen los costes asociados a las sucursales: se eliminan servidores locales, con sus licencias y su personal. Además, en un CPD centralizado es más fácil cumplir con normativas de protección de datos.

En un entorno consolidado, la red es crítica: clientes y aplicaciones están separados cientos y hasta miles de kilómetros, y existen problemas de latencia que no se resuelven con más ancho de banda. Si la red no cumple con las características que le deben ser propias: alta disponibilidad, redundancia, rendimiento y calidad de servicio, la consolidación es imposible.

Pero además, la red puede ayudar a la consolidación de dos maneras.

En primer lugar reduciendo la latencia. Existen soluciones de aceleración de aplicaciones en la WAN que actúan en capa de red (comprimiendo y “deduplicando” el tráfico), de transporte (optimizando TCP, un protocolo diseñado para “distancias cortas”) y de aplicación (interviniendo en las transacciones cliente-servidor, para acelerarlas) Para garantizar una correcta interacción con las aplicaciones es fundamental una colaboración estrecha con sus fabricantes.

El límite de la consolidación de servidores parece estar en los de infraestructura: servidores como los de directorio, controladores de dominio, DNS, DHCP o impresión tienen que seguir residiendo en las sucursales. Existen aceleradores con servidores virtuales para estos servicios. De esta manera, estas máquinas se pueden eliminar de la sucursal, al residir de forma virtualizada en el acelerador de aplicaciones.

Las diferentes soluciones de aceleración en la WAN disponibles en el mercado se pueden clasificar en dos tipos:
Unas forman parte de la propia estructura de red (bien por estar embebidas en los equipos de comunicaciones o bien porque, aún siendo plataformas externas, son coherentes y no disruptivas con las políticas de comunicaciones)
Otras se abstraen de la red, y construyen túneles que pretenden ser invisibles para las políticas definidas por el administrador de red.

La consolidación beneficia a las empresas, y un elemento imprescindible es una buena red de comunicaciones. Además, la red puede favorecer la centralización reduciendo la latencia y proveyendo de plataformas virtuales para servicios de las sucursales, eliminando servidores físicos. Una estrecha colaboración con los fabricantes de aplicaciones asegura una correcta interacción con ellas. Los clientes pueden elegir entre soluciones de aceleración de aplicaciones integradas en la red, o que se aislen de ella mediante túneles.

¿Qué te ha parecido este artículo?

Tu opinión es importante para nosotros.

R
Redacción RedesTelecom

Artículos relacionados

Artículo 1 de 5