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¿Cómo debería ser la infraestructura de internet de los próximos 20 años?



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Thomas King, CTO de DE-CIX

Publicado el 22 dic 2023



Thomas King, CTO DE-CIX
Thomas King, CTO DE-CIX

Hace poco estábamos hablando sobre cómo la llegada de 6G va a revolucionar la realidad extendida, la aumentada o la propia Inteligencia Artificial para ofrecer nuevas experiencias a los consumidores. En 2023, la inversión total que acumula España en el sector de la Inteligencia Artificial ronda los 1.800 millones de dólares de acuerdo al informe ‘IA-Inteligencia Artificial en España y en el mundo 2023, publicado por la consultora Ditrendia. Asimismo, este estudio señala que el valor de mercado de la IA en España se ha estimado en 4.000 millones de dólares.

Frente a este escenario, los proveedores de infraestructuras de interconexión como DE-CIX debemos innovar constantemente e invertir en plataformas que ofrezcan experiencias de uso de gran calidad; y es aquí donde los puntos de intercambio de internet (IX) asumen un rol fundamental. Para hacer realidad el internet del mañana, es preciso combinar una serie de factores que no sólo permitan el desarrollo de la tecnología, sino que también se consiga la infraestructura más innovadora.

Para hacer realidad el internet del mañana, es preciso combinar una serie de factores que no sólo permitan el desarrollo de la tecnología, sino que también se consiga la infraestructura más innovadora

Un mayor ancho de banda y una menor latencia son dos claros ejemplos. Los IXs deben alcanzar, en el futuro, una mayor escalabilidad y ofrecer el mejor rendimiento posible con equipos de última generación. Por otra parte y para facilitar la interconexión de las empresas que ya están conectadas, se precisará aumentar los niveles de automatización y la expansión territorial para satisfacer las necesidades tanto de las propias redes como de las compañías que operan globalmente con peering, conectividad en la nube o con el resto de los servicios de interconexión.

Por otro lado, la monitorización y las estadísticas también son importantes. Para establecer conexiones físicas más rápidas y sencillas, deberán instalarse robots de parcheo (Patchbots) que ayuden a reducir los trabajos manuales. En cuanto a la monitorización, la realidad nos muestra que los expertos quieren datos concretos e informes de estadísticas que sean accesibles desde cualquier plataforma. En este sentido, las alertas que se generen deberán brindar información sobre las anomalías en el tráfico; y los clientes, ser capaces de integrar los mensajes de mantenimiento emitidos por un ordenador, con sus respectivas herramientas de automatización.

También, el hardware debe ser escalable en cuanto a ancho de banda y densidad de los puertos, ya sea desde IXs pequeños como grandes. En un futuro, serán necesarias las plataformas de interconexión de alto rendimiento con conexión de 800 GE, e incluso Terabit Ethernet, para dar servicio al creciente ancho de banda que requieren las nuevas apps inmersivas. Ahora bien, para poder cumplir con los requisitos futuros en materia de fiabilidad, este debe seguir desarrollándose para ser más seguro. Su actualización constante resulta esencial para garantizar el máximo nivel de resistencia y de protección frente a eventuales interrupciones. La próxima generación de puntos de intercambio de internet requerirá del equipamiento más innovador y eficiente en términos energéticos, y de una mayor redundancia física en la distribución geográfica.

Por último, en el sector empresarial sigue creciendo la necesidad de contar con servicios de interconexión más especializados y adaptados a sus necesidades. Uno de los principales objetivos de los operadores de IX será la conectividad con la nube: comunicación de nube a nube con la menor latencia posible o la posibilidad de acceder a servicios dentro de la propia cloud impulsados por IA.

En conclusión, a medida que los productos y servicios se vuelven cada vez más digitales y las economías dependen cada vez más del intercambio de datos, la interconexión de alto rendimiento, resistente y segura está cobrando cada vez más importancia, convirtiéndose también en un factor de éxito económico. Por ello, la próxima generación de infraestructuras debe empezar a diseñarse y construirse desde este momento.

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